MarceloPersonaje posiblemente surgido del imaginario popular compostelano o del propio entorno eclesiástico para justificar la imposibilidad de acceder al sepulcro de Santiago en la catedral desde el siglo XII. La sorpresa y, en muchos casos, la decepción de muchos peregrinos era grande al no poder ver el sepulcro del Apóstol, al haber sido tapiado en tiempos del arzobispo Diego Gelmírez (s. XII) con la intención de dar más prestancia al nuevo altar mayor y -como han propuesto algunos autores- para evitar la presión derivada de la continua petición de reliquias del santo.
Del supuesto Marcelo nos ha quedado el revelador testimonio del peregrino italiano Nicola Albani (1743): “Me dicen que el glorioso cuerpo de Santiago yace bajo el altar mayor, y no es visto por nadie, y dicen que hace un siglo o antes [en realidad, hasta principios del siglo XII] se podía ver por todos […] pero por la gran insolencia de cada día, el santo quiso no dejarse ver más por nadie, de modo que un tal Marcelo, arzobispo de dicha ciudad [Santiago], queriendo satisfacer la curiosidad de bajar al sepulcro, perdió la vista, y tembló toda la urbe con fiero terremoto y desde ese momento se fabricó la puerta del sepulcro y sólo se abre cada diez años una vez, en el año santo.”
El propio Albani aclara que lo máximo que se puede hacer, para no sufrir las penalidades del imaginario Marcelo, es bajar por una pequeña escalera y por un no menos estrecho y corto pasillo hasta una verja de hierro, “y desde dicha cancilla se ve el santo sepulcro”. En todo caso, otros testimonios, desmintiendo en este punto a Albani, permiten deducir que ni esta mínima visión era posible. Afirma el italiano que las llaves de dicha cancilla estaban depositadas en Roma, lo que resultaba una forma expeditiva y cómoda de evitar la insistencia de los peregrinos. “O sea -concluye Albani, aceptando finalmente la situación- que no se ve más que la imagen de plata de Santiago sobre el altar mayor, como ya he dicho”. Se refiere, por supuesto, al Santiago del abrazo de los peregrinos, que todavía hoy sigue cumpliendo esta misión. [MR]