Situado en la Prolongación Jacobea a Fisterra -variante de Dumbría-, en el municipio de Muxía, Galicia. A 74 km de Santiago, y a 9 de Muxía -santuario de A Barca-. Del viejo monasterio benito de San Martiño de Ozón solo quedan restos de la iglesia, construida, como templo monacal en el siglo XII, aunque algún resto nos habla de un pasado prerrománico o suevo. Las referencias más antiguas pertenecen al siglo XIV, pero hay constancia de que su antigüedad se remonta a siglos anteriores. De la antigua fábrica románica se conservan dos ábsides circulares, uno de ellos decorado con motivos geométricos. Las columnas de apoyo presentan una hermosa ornamentación vegetal.
Las obras realizadas en el templo durante el siglo XVIII variaron sustancialmente su estructura original, de la que destacan el hermoso campanario barroco y el gran hórreo de la rectoral, uno de los mayores de Galicia. La fundación del centro se remonta, según algunos historiadores, a monjes del monasterio compostelano de San Paio de Antealtares que, en el año 1194, habitaban en Santa Mariña de Tosto. El primer documento con una referencia directa a San Martiño de Ozón se localiza a principios del siglo XIV, doscientos sueldos que dona fray San Juan. Se hace el silencio hasta el año 1334 en que un documento del Tumbo de Toxosoutos confirma una donación para la salvación de su alma.
Tal vez la inseguridad del lugar hizo trasladarse de Tosto a Ozón a estos monjes dependientes de Antealtares. El monasterio fue modesto comparado con el gran cenobio de la Prolongación a Fisterra, San Xulián de Moraime. Aunque hay referencias a que los nobles de la comarca procuraron beneficiar a San Martiño, el cenobio no gozó jamás de una protección semejante a la que dieron a Moraime los condes de Altamira, grandes señores de la tierra de Santiago. El patrimonio de Ozón, siempre humilde, lleva a pensar que no tuvo abad sino que fue un priorato dependiente de otra abadía, a partir del siglo XV, la de San Paio de Antealtares; así, el último prior de Ozón (1480) antes de la integración de Antealtares en la congregación de Valladolid fue Diego de Vivero. [JAR]