Sisnando IObispo (?-920). Cuarto prelado, tras el descubrimiento del sepulcro de Santiago, de la sede episcopal de Iria-Santiago, entre 877 y 920. Sobrino de Adulfo II, administró la Iglesia de Compostela en vida de su tío. A pesar de haber nacido probablemente en Aleje (León), fue educado en el monasterio cantabro de Liébana, donde profesó y se dedicó a la contemplación; de ahí que también sea conocido como Sisnando de Liébana.
Asumida la administración de la Iglesia de Iria y de la sede apostólica, recibió del rey Alfonso III el encargo de restauración y posterior jurisdicción de las iglesias de Santa Eulalia de Aleje, San Martín de Verdejo y San Martín de Alione.
Tras la muerte de su tío Adulfo II, fue elegido y consagrado como obispo de Compostela. Sisnando secunda el empuje de la Reconquista impulsado por el rey galaico-astur Alfonso III el Magno mediante la restauración de iglesias y de monasterios abandonados. A partir de ahí, durante la peregrinación del monarca en 874 y después de comprobar que el templo de Santiago necesitaba ser ampliado y remodelado, proceden a construir una basílica digna de la importancia que adquiría el locus sancti iacobi, acorde con las proporciones que adquiría el culto a Santiago y la cada vez más constante llegada de peregrinos del exterior. También incrementó el número de comunidades dedicadas al culto apostólico.
Así, construyeron en torno al original lóculo sepulcral de Santiago una iglesia de tres naves, presididas por el altar de San Xoán hacia el Norte, por San Pedro al Sur y por O Salvador o de Antealtares al Oriente. El 6 de mayo de 899, Sisnando, acompañado de varios obispos, decidió proceder a la consagración del templo con asistencia del rey Alfonso III, de su esposa la reina Jimena y de los príncipes.
La actividad de Sisnando fue clave en la promoción de la vida monasterial de la comarca de Santiago. Destaca también su labor en la construcción y dotación de hospitales destinados a peregrinos ciegos y necesitados.
López Alsina lo sitúa como pionero en el impulso de la sede compostelana y señala que a principios del siglo X completó un proyecto que potenciaba el sentido de sede episcopal de la urbe compostelana al iniciar la primera etapa de desarrollo de la ciudad, que abre a peregrinos, inmigrantes, personas procedentes del rural, señores, etc.
Impulsó la comunidad custodia de San Martiño y la creación de la capilla de A Corticela, actualmente integrada en la catedral como parroquia de los peregrinos y extranjeros.
También afirma Alsina que fue “el primero de los prelados que utiliza de forma regular el título de obispo de la sede apostólica, concibiendo el lugar apostólico de Compostela como un nuevo Letrán”, en una época en la que se buscan intencionadamente los paralelismos con Roma. En este sentido, Sisnando se había equiparado en cierto sentido con el papa Silvestre, consagrando como él una basílica, la de San Salvador de Antealtares y el baptisterio de San Xoán -del que no quedan apenas referencias-, al tiempo que Alfonso III se identificaría con el emperador Constantino. Sisnando dedica un altar al papa Silvestre en el monasterio recién fundado de Santo Estevo da Corticela, contiguo al templo del Apóstol.
Durante su mandato, aparecen las primeras y difusas menciones a la peregrinación al sepulcro apostólico. Se le considera el fundador del primer hospital para peregrinos en Compostela. También se preocupó de extender los dominios de la iglesia compostelana la otras zonas de la influencia de las nacientes rutas de peregrinación. [IM]