En el Códice Calixtino se cuenta que siempre que la melodía de la caracola de Santiago, que solían y suelen llevar consigo algunos peregrinos, resuena en los oídos de las gentes, se aumenta en ellas la devoción de la fe, se rechazan todas las insidias del enemigo y se suavizan los fenómenos meteorológicos. [IM]