Militar y escritor (Celanova, Galicia 1567-Madrid 1612). Autor de Historia del Apóstol Santiago Zebedeo, Patrón y Capitán General de las Españas, publicada en 1610 en Madrid. Castellá, santiaguista entusiasta (“la primera cosa que me ha movido es lo mucho que debo al Apóstol”), pretende resaltar los beneficios que la figura de Santiago representó desde la Edad Media para España y sus monarcas. De más de 500 páginas, con numerosos y reveladores imágenes con escenas, piezas e iconografía jacobea, es una obra esencial del siglo XVII a favor de la causa jacobea, que en esa centuria debe enfrentarse a su cuestionamiento por determinados sectores españoles y a numerosos ataques del exterior.
Quizás por ello el Cabildo compostelano le costeó parte del trabajo, pero sin llegar a resolver las grandes dificultades que el autor tuvo que asumir para su redacción e impresión. En esta ayuda sólo parcial pudo influir el hecho de que la actitud entusiasta de Castellá le llevó a incluir en su obra referencias que ya en aquel momento eran vistas con recelo por la Iglesia compostelana, al ser argumentos fácilmente cuestionados por los enemigos de la causa jacobea.
Castellá divide la Historia en cuatro libros: la vida y muerte del Apóstol, la traslación de su cuerpo a España y la historia de sus discípulos, el Voto de Santiago cuyo origen defiende en los tiempos del rey Ramiro I (s. IX) y la Orden de Santiago, como gran valedera de la causa. El autor de las ilustraciones -de gran calidad y muy reveladoras- es el artista Diego de Astor.
Para justificar la necesidad de su obra, el propio Castellá destaca en ella que desde el Codex Calixtinus (s. XII) nadie había vuelto a la empresa de narrar la vida y virtudes de Santiago el Mayor con tanto detalle, lo que resultaba cierto. En este sentido, hay que decir que la influencia de la obra de Castellá, al abrir el camino del siglo XVII a favor de la tradición jacobea española, fue notable, aunque menos de la que esperaba su autor, que padeció penalidades y sufrimientos sin par por ella. Castellá dedicó dieciocho años de su vida a este trabajo, entre 1588 y 1607. Pero se le ha criticado su falta de rigor, que resulta evidente a la hora de aceptar numerosos textos como fuente. Tal es el caso del Códice portugués de Alcobaça y los falsos Plomos del Sacro Monte de Granada. Es cierto que rechaza y desaconseja otros, como la Historia de Turpín, del Codex Calixtinus, que atribuye a Carlomagno la fantástica liberación del Camino hacia el sepulcro de Santiago.
Resulta evidente que Castellá consultó cuanto documento original pudo, a través de toda España, incluida la catedral compostelana, aunque en muchos casos estos fuesen de una dudosa o nula calidad. Este fue su problema. José María Díaz, estudioso de la obra del celanovés, considera que lo desigual de su aportación, en la que resalta sus buenas intenciones intelectuales, se debe a que lo cegó su afán apologético “tocado de patriotismo juvenil”. Fue atacado principalmente por los sectores contrarios al Voto de Santiago.
Castellá Ferrer, apelando a su origen, trata de relacionar a Santiago con varios linajes gallegos, entre ellos el suyo. Atendiendo a un encargo del Cabildo de Santiago realizó en 1605 un estudio sobre la historicidad de la batalla de Clavijo que permanece inédito en el archivo de la basílica compostelana, como recuerda José María Díaz. Mauro Castellá Ferrer llegó a redactar una segunda parte de la obra. No se sabe si pudo concluirla, ya que se considera perdida. [MR]