XacopediaIria Flavia

Parroquia de 300 habitantes (60 m) perteneciente al municipio de Padrón, en el Camino Portugués, en la provincia gallega de A Coruña. A 22 km de Santiago. Entidad de población que tuvo una gran importancia en época romana. Fue elevada a la categoría de ciudad en los años de la dinastía Flavia (69-96 d.C.). Pudo ya existir en época prerromana. Se considera el epicentro de la translatio jacobea, pues a su puerto llegaron en barca los restos del apóstol Santiago. Estamos ante una de las primeras sedes episcopales que existieron en la Península Ibérica. Está emplazada en el valle que forma el río Sar antes de su confluencia con el río Ulla, al fondo de la ría de Arousa, muy cerca de la villa de Padrón. Sin embargo, estudios del arqueólogo Suárez Otero apuntan que en tiempos romanos la visión sería distinta. En vez de la unión de los dos cauces fluviales, ambos desembocarían en una profunda y amplia ensenada, como preámbulo de la ría de Arousa.

Según explica el latinista Manuel C. Díaz y Díaz, la Iria romana estaba situada al suroeste del convento lucense, cuya capital administrativa era Lugo [Lucus Augusti], no muy lejos de la frontera norte del convento bracarense cuya capital era Braga [Bracara Augusta]. La división entre los dos conventos la marcarían el río Verdugo o la ría de Vigo, con toda probabilidad. Esta situación procede de la nueva distribución realizada por el emperador Diocleciano (284-305), al segregar una nueva provincia, denominada Gallaecia, de la antigua Hispania Citerior. Además de los conventos jurídicos anteriormente citados, Gallaecia estaba integrada por otro más, el llamado asturiaciense, cuya capital era Astorga [Asturica Augusta].

Iria comienza a tener importancia a mediados del siglo I d.C. Podemos hablar de un poblado con carácter semiurbano, que se extendía en dirección al río Sar. Se convirtió en un destacado centro comercial. En excavaciones realizadas por el historiador Chamoso Lamas, en los años setenta del siglo pasado, aparecieron objetos de importación como ánforas o cerámicas de lujo provenientes de un ámbito aún indígena. Esto hizo que fuese distinguida con el título honorífico de Flavia, otorgado, con toda probabilidad, por el emperador Vespasiano a finales de dicha centuria. Esta consideración tenía como consecuencia la aplicación del Derecho romano [Ius latinum] a la población favorecida. Suponía el primer paso hacia la integración política y administrativa en el Imperio romano.

Diversas fuentes medievales confirman la existencia de un puerto de embarque privilegiado con una gran actividad comercial. Esto llevó, tiempo después, a que sus habitantes ofrecieran una valiosa ara votiva a Neptuno, como dios de las aguas, especial protector del puerto. Es el conocido Pedrón, reinterpretado por el cristianismo como el símbolo jacobeo fundacional por excelencia. La leyenda asegura que a él se amarró el barco que traía los restos del Apóstol.

Con la construcción de una red de calzadas que articularon el noroeste de Hispania, Iria se integra como mansión de la llamada Vía XIX del Itinerario Antonino, a principios del siglo III. A causa de la mejora de las comunicaciones terrestres, esta población se va a convertir en el puerto de la ciudad de Lugo y de todo el convento de Lucus Augusti.

En los siglos IV y V Iria Flavia pasa por un periodo de crisis. Suárez Otero apunta como posible causa la pérdida de importancia de su puerto, debido al proceso de drenaje del antiguo estuario. Asimismo influyó la competencia de otros puertos como Brigantium [actual Betanzos] o Vigo.

Iria vuelve a resurgir en el siglo VI con la llegada de una comunidad cristiana. Se convierte en sede episcopal. De ella depende un amplio territorio que se extiende al sur y al este de la población. Las actas de los concilios que se celebraron en los siglos VI y VII informan de que el primer obispo iriense identificado es Andrés. Acudió en el año 561 al primer Concilio de Braga. En esta cuestión también coincide el controvertido Cronicón Iriense, escrito posiblemente a finales del siglo X o principios del XI, que señala el inicio de su labor pastoral en tiempos de los suevos. Este documento es una breve crónica que recoge los nombres de los obispos de Iria y alguno de sus hechos más destacados. Algunos estudios ponen en duda su credibilidad.

La sede episcopal se traslada oficialmente a Santiago en 1095. El último obispo de Iria fue Arias Díaz (1090-1093), al ser encarcelado y desposeído de sus hábitos su predecesor Diego Peláez. En 1093 y 1094 estuvo vacante. El primer pastor de la iglesia única de Compostela será Dalmacio (1094-1095).

Después de permanecer vacante la sede de Santiago entre 1095 y 1100, es ocupada por Diego Gelmírez (1100-1140), que devolverá parte de su antiguo esplendor a Iria. Establece una colegiata y un cabildo, con la categoría de segunda cátedra de Compostela. En 1851 es rebajada a parroquia mayor.

Hay una tradición que otorga a la diócesis iriense la condición de fundación apostólica, es decir, habría sido instaurada durante la predicación en estas tierras del apóstol Santiago, allá por el año 40 de nuestra era. Para llenar el periodo de tiempo que va hasta el obispo Andrés (s. VI), el primero conocido, se crea, en tiempos de Gelmírez, la leyenda de los 28 obispos. Estarían enterrados en la iglesia de Iria y su identidad se correspondería con los prelados de aquel desconocido periodo.

No se disponen de muchos datos sobre Iria en la época medieval, aunque todo hace indicar que camina lentamente hacia la decadencia, influida por la pérdida de calado del río, que dificultaba la entrada de barcos en el puerto. La puntilla fue la desaparición de la sede episcopal. Al contrario, su vecina Padrón crece y se consolida como un burgo medieval.

La primera basílica de la que tenemos noticia es de origen suevo y sería construida entre la segunda mitad del siglo V y la primera de la centuria siguiente. Fue destruida por Almanzor en el año 997 en su razia contra Santiago. En las inmediaciones se han encontrado una serie de sarcófagos datados entre el siglo VI y el X, que pertenecían a una necrópolis cristiana. Permanecen a la intemperie, junto al muro sur de la actual iglesia.

Aquel templo sería sustituido por otro de estilo románico, edificado en torno a los siglos IX y X. Sobre sus restos se levantó otra iglesia gótica en el siglo XIII. Entre 1708 y 1714 se vuelve a levantar una basílica nueva, que ha llegado a nuestros días. Encima de la puerta principal hay un bajo relieve donde se observa a la Virgen con el Niño y al apóstol Santiago arrodillado. Frente a la fachada se sitúan las casas de los canónigos, construidas en sólida cantería del siglo XVIII. Actualmente en su mayor parte son sede de la Fundación Camilo José Cela, ilustre escritor padronés (1916-2002), que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1989. Sus restos descansan en el emotivo cementerio de Adina contiguo a la colegiata y cuyo muro discurre paralelo al Camino Portugués a Santiago. [MGR]

V. Padrón / revelatio


¿QUIERES DEJAR UN COMENTARIO?


**Recuerda que los comentarios están pendientes de moderación