Mezonzo, San Pedro de

Obispo de Santiago (ca. 930-1003). Obispado: 985-1003. Hijo de Martín Placencio y de Mustacia, ligados ambos a la corte de los condes de Présaras, fue capellán en la corte de Paterna, hasta que tomó el hábito en el monasterio de Santa María de Mezonzo. Agregado el monasterio a Sobrado, se trasladó allí como notario y en el año 959 ya era sacerdote. En el 965 se convierte en quinto abad de Sobrado y después ejerce en el monasterio compostelano de Antealtares.

Su actuación en los primeros años al frente de la sede se distinguió por la organización administrativa y por la gestión de la restauración de bienes dañados por los ataques normandos.

En el año 986 se produjo en Galicia una sublevación capitaneada por los magnates Suero Gundemáriz, Gonzalo Menéndez, Galindo y Osorio Díaz, que fracasó gracias al apoyo del rey Bermudo II, que acudió desde León para ahuyentarlos. Con posterioridad, ofrecieron sus servicios a Almanzor para facilitarle la incursión emprendida en el año 997 en Galicia, en la que destruyeron castillos e iglesias hasta llegar a Compostela. San Pedro de Mezonzo ordenó el desalojo de la ciudad y posiblemente rescató las reliquias apostólicas, ya que Almanzor venía dispuesto a aplastar su creciente fama como centro de peregrinación para cristianos peninsulares y europeos. Destruyó la urbe y, aunque al final todo indica que respetó el sepulcro del Apóstol, incendió todas sus iglesias y monasterios. Cuentan que, para escarnio de los habitantes, se llevó las campanas y las puertas de la basílica hasta Córdoba, donde sirvieron de lámparas colgadas del techo de la Mezquita.

A partir de ahí, San Pedro de Mezonzo se empleó en restaurar los desperfectos causados por el caudillo árabe, que en el año 1002 sería vencido por los reyes cristianos en Calatañazor (Soria), aunque murió en Medinaceli.

Con el apoyo del Rey Bermudo II, consiguió concluir la restauración de la basílica y restablecer el culto al Apóstol, por lo que su fama de santidad trascendió las fronteras. Algunos estudiosos consideran que la autoría de la salve podría atribuirse a este santo. [IM]