En francés Morlaàs y en occitano Morlans. Población de 4.120 habitantes (295 m) en la Vía Tolosana en Francia. A 955 km de Santiago de Compostela. La segunda capital del Béarn, de 1080 a 1260, fue beneficiada por el vizconde Gastón IV el Cruzado, batallador contra la media luna en España y Jerusalén, que además de otorgarle un fuero aceleró la obra de Sainte-Foy y mejoró la acogida de los peregrinos. De ella, el tratado del Al Edrisi (s. XII) dice que es una “villa notable, floreciente, poblada, abundante en recursos y dependiente de la Gascuña”. Ubicada en una pequeña cadena que domina la planicie de Ousse, el río Gave de Pau y los Pirineos, los peregrinos que seguían la Vía Tolosana entraban en su recinto por la desaparecida puerta de la Baque, y podían albergarse en el hospital de Sainte-Lucie, que prestó su servicio hasta 1793.
El vizconde Centulle V había comenzado la obra de Sainte-Foy, que en realidad no adquirió este título hasta que fue cedida a Cluny (1080), que la puso bajo el patrocino de la mártir venerada en Conques. De tres naves, con crucero corto y triple cabecera, sobresale especialmente por su portada, que por haber sido incendiada por los hugonotes en 1569 hubo de ser reconstruida en el siglo XIX, aunque reproduciendo con exactitud la original. En ella, el maestro de Morlaàs ejecutó una abigarrada visión del Apocalipsis. Fiel a los planteamientos del románico, sitúa a Cristo en la Gloria, entre los símbolos de San Juan y San Mateo; otros dos tímpanos inferiores, en una disposición semejante a la de la catedral de Oloron-Sainte-Marie, aparecen labrados con los temas de la Matanza de los Inocentes y de la Huída a Egipto. La pieza se apoya en un parteluz, sostenido en la base por dos esclavos encadenados -de nuevo como en Olorón-. En los intercolumnios tienen cabida las imágenes del apostolado al completo y en las arquivoltas se sitúan los veinticuatro ancianos músicos del Apocalipsis en torno al agnusdéi, preparando sus instrumentos para el concierto celestial o portando redomas de perfume. A ambos lados fueron situados dos atlantes que empujan. En la arquivolta exterior, por fin, encontramos las figuras de los treinta y cinco elegidos o jueces del Antiguo Testamento. [AP]