El de Oceanía es el continente que menor número de peregrinos ha aportado a través de la historia a la peregrinación a Santiago. Aunque esta relación en ningún caso hubiese sido posible hasta su descubrimiento por los europeos durante los siglos XVI y XVII, en las centurias posteriores no se generó ninguna tradición religiosa jacobea en las islas que forman sus territorios oceánicos.
Ha sido, además, el último de los continentes en tomar contacto con esta cultura en la contemporaneidad. Sin embargo, desde finales de los años noventa del pasado siglo, se ha incorporado con inusitada fuerza a la peregrinación por la Ruta Jacobea, especialmente a través del Camino Francés. Ha superado a África, que ocupa la última posición.
Resulta sorprendente, y demuestra la dimensión universal adquirida por la peregrinación jacobea, que los países en las antípodas de España, como son Nueva Zelanda y Australia, se sitúen, en su conjunto, entre los que más peregrinos envían a Compostela, tras las principales naciones europeas. En 2008 los australianos superaron por primera vez el millar de peregrinos, pese al gran coste del desplazamiento hasta Europa y el tiempo necesario para hacer el Camino. Los neozelandeses alcanzaron los 200. También se conocen varios casos de caminantes originarios de otras islas del continente. [MR]