Músico e investigador (Bande, Ourense 1877-Madrid 1960). Fue el más importante estudioso de la zanfona en España y verdadero promotor de su conservación, desde que quedó prendado de ella cuando de niño escuchó tocarla a un ciego. Estudió Derecho en Santiago de Compostela y, tras licenciarse, ingresó en el Ministerio de la Gobernación y fue destinado a Soria, donde vivió hasta 1914 antes de regresar a Ourense. En 1918 se casó con Rosa Muñiz, que le acompañó en sus actuaciones y grabaciones. En 1924 fue nombrado secretario del Gobierno Civil de Orense.
Estudió tanto el folclore gallego comos los instrumentos tradicionales. Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX la zanfona, que había sido el gran instrumento medieval del Camino de Santiago, estaba en vías de desaparición, incluso en el medio popular apenas podía verse en alguna romería. Faustino estudió, recogió y mejoró técnicamente este instrumento, en colaboración con el folclorista Casto Sampedro, al que aportó sus conocimientos. En 1922 empezó a colaborar como gaitero en el coro orensano de Ruada. En 1927 grabó dos piezas con zanfona y otras con gaita.
Durante los años de la guerra construyó muchas gaitas, que regaló a los soldados gallegos. Posteriormente fue trasladado a Barcelona y luego a Madrid en 1944, donde colaboró con la agrupación artística Rosalía de Castro y, en 1949, editó en los estudios de la calle Colón de Madrid, un disco completo, sin descanso y sin retoques, ya con setenta y tres años de edad, titulado Gravaciones históricas de zanfona. De aquella sesión, editada por la casa Columbia, nacía el mito y la leyenda, ya que contenía piezas que eran símbolo de la riqueza expresiva de la música gallega: Alalá das mariñas, Axéitame a polainiña, Romance de don Gaiferos, etc.
También escribió el primer libro español sobre este instrumento, La zanfona (1956), basado en el método francés de Michel Corrette (1738), donde incluye algunas de sus ilustraciones. Fue importante también la conferencia que ofreció en Santiago en 1952 con motivo de la inauguración del Pazo de Xelmírez, en el recital-homenaje a Ramón Menéndez Pidal, en 1954, en el que dio a conocer públicamente el Romance de don Gaiferos de Mormaltán, verdadero hito de los cantos de peregrinación jacobea.
Con apoyo de la Diputación de Lugo, fundó en esa ciudad el Taller-Escuela de Instrumentos Galegos en 1951, gracias al patrocinio del empresario Antonio Fernández López. En él contó con la ayuda del gaitero Paulino Pérez y formó artesanos para que la tradición de la zanfona no se perdiese. Al año siguiente grabó cuatro discos, que posteriormente reeditó y refundió en un único trabajo llamado Faustino Santalices. Desde principios de 1990 tiene una calle dedicada en Pontevedra.
Resultan entrañables algunos de sus reflexiones sobre la zanfona: “Si la gaita se hizo para cantar la alegría popular, debajo de la bóveda del cielo, la zanfona fue creada para expresarlo todo... Es un instrumento íntimo que suena poco, que habla bajito, y hay que oírlo recogidamente”; “Son cinco cordas que cantan, que sospiran, rin o choran; son a i-alma de Galicia morriñenta e soñadora.”
Merece una mención especial su zanfona favorita, aquella con la que daba sus conciertos e hizo sus grabaciones. Le fue regalada por una familia orensana, los Taboada-Tor, en 1943 ó 1944, y había sido recuperada en un pazo que esta familia poseía en las proximidades de Orense.
Esta peculiar zanfona, que Santalices llamó “zanfona en sol”, fue usada como modelo durante años en el taller escuela de la Diputación de Lugo. Eran, por tanto, dos los modelos que se fabricaban: la pequeña, en Do y la grande, sin escotadura, en Sol, usada por muchos grupos de música tradicional gallega. Actualmente la escuela de Lugo ha dejado de construir las grandes zanfonas basadas en el modelo de Santalices, acercándose a ejemplares que creemos más auténticos, de un tamaño más reducido y forma más tradicional. [AS]