Cesáreo de Montserrat

Abad del monasterio catalán de Santa Cecilia de Montserrat (s. X), considerado el primer peregrino catalán, viajó al sepulcro del apóstol Santiago a mediados del siglo X. Sin embargo, las diversas fuentes no concuerdan en la fecha exacta de su romería y se citan como posibles fechas los años 956, 959 y 962.

Además de los motivos religiosos, de fe o piadosos que le habrían movido a peregrinar a Compostela, este abad se dirigió a Santiago con la intención de que la autoridad apostólica de la Iglesia de Santiago restaurara a su favor la antigua provincia eclesiástica de Tarragona, pues por aquel entonces todos los obispados catalanes despendían del Arzobispado de Narbona.

En una carta que él mismo dirigió al papa Juan XII, en los años 960 a 963, cuenta cómo formuló su petición ante una asamblea de obispos reunidos en Compostela y cómo obtuvo el consentimiento de estos y la confirmación del monarca leonés, que probablemente fuera Sancho I. Sin embargo, esta decisión no fue aceptada por los obispos catalanes ni por el metropolitano de Narbona, quienes se fundamentan para rechazarla en la falta de costumbre de la peregrinación de Santiago en la zona. Algunos historiadores como Vázquez de Parga, Lacarra, Uría, Novoa o Hüffer interpretan que, a pesar de no haber sido aceptada la decisión, el hecho sirvió para que el Reino de León asegurase la posición rectora en cuanto a lo eclesiástico en toda la zona peninsular cristiana. [XIV]