Eberhard de Nellenburg

Conde de Nellenburg, originario de Alemania (s. XI). Peregrina al sepulcro del apóstol Santiago en el siglo XI en compañía de su esposa, Ida. Llegan a Compostela en la década de 1070, motivados por un deseo de salvación personal. Con anterioridad habían visitado Roma.

Este noble alemán pertenecía a una acaudalada familia del Alto Rin emparentada con los salios y con el papa León IX. En el año 1049 fundó en Suiza el monasterio de Todos los Santos de Schauffhausen, donde en lo sucesivo se enterrarán los miembros de su estirpe. Por su parte, Ida fundó el convento de Santa Inés en la misma ciudad.

A pesar de que en las fuentes históricas hablan de los motivos de fe de esta peregrinación y las realizadas a Roma, gran parte de los estudiosos ven tras estos viajes la intención de asegurar la fundación y el régimen jurídico del monasterio de Schau-ffhausen, ya que este se asentaba en un lugar que por aquel entonces tenía un valor estratégico, pues la ciudad mantenía abundantes relaciones comerciales con Basilea y Constantinopla y era, además, un enclave idóneo para la navegación comercial por el Rin.

La hermosa historia que dotaría de contenido religioso y espiritual a sus peregrinaciones, dejando a un lado posibles estrategias de poder, tiene como protagonistas al propio Eberhard de Nellenburg y a Manegold. Este último era un noble que se había hecho monje en el monasterio de Stein, pero había abandonado su nuevo estado al poco tiempo. Al conocer a Eberhard, tomó de nuevo los hábitos en el monasterio de Schaffhausen respondiendo a los consejos del conde. Murió poco después y una noche se le apareció en sueños a Eberhard. Manegold le explica que por haber llevado una vida poco monástica, ahora tiene que sufrir grandes penas. Impresionado por esta visión, el conde manda celebrar varias misas por el difunto y, junto con su esposa, inicia una vida de austeridad, que culmina con la peregrinación a Santiago.

Durante el viaje procuraron que cada día los sacerdotes que los acompañaban celebraran tres misas por el alma del difunto. Cuando regresaron de su peregrinación, Manegold se le habría aparecido nuevamente para informarle de que las oraciones y las prácticas religiosas habían dado resultado. Por este motivo, el conde renuncia a su vida mundana y pasa seis años de su existencia, hasta su muerte (ca. 1078), como monje en su monasterio, mientras que su esposa se retira a una celda construida en las inmediaciones. Fue canonizado como San Bernardo de Schaffhausen. Su festividad se celebra el día 7 de abril. [XIV]