peregrino enfermo

Los peregrinos enfermos que a lo largo de la historia han iniciado el Camino de Santiago han sido uno de los grupos más constantes de devotos jacobeos. Tanto en el pasado como en el presente el Camino es senda para personas que buscan alivio físico y espiritual por sus dolencias. Pese a que Compostela no compite con santuarios modernos como Lourdes o Fátima, hacia donde se dirigen peregrinaciones multitudinarias de enfermos, el apóstol Santiago siempre ha sido apreciado como un santo fiel en este sentido. Comparado con los dos santuarios citados, el compostelano es un destino más selecto, adonde se viaja no tanto en grupo, sino de forma individual, en busca de remedios para el cuerpo y el espíritu a los que el Camino de Santiago va dando, en muchos casos, forma y sentido.

El hecho de que Compostela fue meta de peregrinos enfermos desde el medievo lo evidencia en distintos momentos el Codex Calixtinus (s. XII), que resalta los poderes taumatúrgicos del Apóstol y muestra varios milagros en tal sentido, y también la amplísima red de hospitales que existieron en el Camino Francés desde la Edad Media, más extensa y densa que en ningún otro itinerario. Los numerosos cementerios de peregrinos vinculados a estos hospitales son otra prueba de esta presencia, así como demostración de que eran muchos los enfermos que no llegaban a alcanzar la meta. [MR]