Xacopediatiraboleiro.

Término gallego procedente del latín turibularium, incensario, de donde deriva thuribularii, ‘portador de un incensario o esparcidor de humos’. Por eso al incensario también se le denomina turíbulo. Los tiraboleiros -así conocidos- son los encargados de hacer funcionar el botafumeiro de la catedral de Santiago. Habitualmente son ocho -hasta ahora siempre hombres- y se encargan también de su cuidado. Este mito de la tradición jacobea, que para muchos peregrinos es un símbolo de purificación y nueva vida tras la peregrinación -para otros muchos es sólo uno de los grandes espectáculos que ofrece la ciudad-meta-, tiene en los tiraboleiros los encargados de otorgarle su característico movimiento pendular, con precisión casi matemática, a una velocidad que alcanza los 68 km/h y una altura de unos 20 m.

Vestidos con unas amplias, largas y características capas de color malva, llamadas roupóns, implantadas en el pasado siglo para dar mayor solemnidad al acto, estos hombres inician la esperada sesión del botafumeiro transportándolo entre el público asistente desde la sala capitular, donde le colocan las brasas sobre las que se quema el incienso, hasta el altar mayor. Lo llevan sobre unas andas que sostienen sobre los hombros, en una teatral escena que nunca deja de causar admiración y sorpresa.

Al pie del altar mayor, sujetan el botafumeiro al extremo de la gran maroma que desciende desde una estructura en la base de la cúpula del crucero y de la que penden, en la otra punta, ocho pequeñas cuerdas de esparto con nudos. Cada uno de ellos sujeta un extremo para iniciar, con rítmicos tirones, el movimiento del incensario.

Los tiraboleiros son unos personajes curiosos, casi siempre muy cuidadosos de su vistoso oficio, sin duda el más singular y famoso de la ciudad en los últimos años. Habitualmente son personas al servicio de la catedral que realizan también otras labores. Hace unos años estuvieron a punto de convocar una huelga por motivos laborales. El hecho fue noticia destacada en muchos medios y tema de preocupación en la ciudad.

El tiraboleiro mayor coordina todos los pasos. En las últimas décadas ha ejercido este cargo uno de los personajes más populares de Santiago, Armando Raposo Guldrís, en el oficio desde 1950. Él fue desde mediados de los años sesenta el encargado de poner en marcha el incensario, de dar las órdenes de tiro y de atraparlo y detenerlo de manera espectacular. El público acostumbra a premiar este momento con aplausos. [MR]

V. botafumeiro


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