Militar y político español (Ferrol 1892-Madrid 1975). La figura de este militar, que gobernó España de forma dictatorial entre 1939 y 1975, tras la derrota de la República española en la Guerra Civil, aparece relacionada con lo jacobeo en dos aspectos: promovió la utilización de Santiago Apóstol como símbolo de la unidad española y favoreció las primeras iniciativas gubernamentales modernas de recuperación de la Ruta Jacobea.
La vinculación de Franco con Santiago se remonta a la Guerra Civil. En julio de 1937 restaura al más alto nivel la Ofrenda Nacional al Apóstol que la República había suspendido, y declara el 25 de julio, día de Santiago, fiesta nacional española. Debido a las exigencias de la guerra no es él quien ofrece ese año la ofrenda -lo hace su ministro del Interior, Ramón Serrano Súñer- pero visita Santiago en diciembre de 1938 para dar gracias al Apóstol por la marcha de la contienda y ganar el jubileo (fue también año santo). Esta visita dio lugar a una de las fotos que, pasando el tiempo, serían utilizadas contra la Iglesia española, acusada de colaborar con la dictadura. En ella aparece Franco saludando a la multitud desde el principal santuario español al estilo fascista teniendo a su lado, en idéntica pose, al arzobispo Muniz de Pablos.
La posición de Franco y la de los sectores más recalcitrantes del régimen será siempre la misma, muy presente en las ofrendas del dictador: la reivindicación de Santiago como estandarte de la unidad española, frente a los variados enemigos del régimen. Serán paradigmáticas las grandes peregrinaciones político-religiosas que se convocan en Santiago durante los años santos vinculadas al ejército, la Falange, los sindicatos franquistas, los grupos más conservadores de la Iglesia, etc., casi siempre con miles de participantes.
Desde 1938 el dictador volvió con frecuencia a Santiago, entre otras cosas para realizar las ofrendas del 25 de julio de los años santos compostelanos desde 1948 a 1971. Su esposa, Carmen Polo, se hizo incondicional de los actos de apertura y cierre de la Puerta Santa en cada nuevo jubileo.
Frente a la utilización de la figura de Santiago como guardián de las esencias, surgen pronto una serie de iniciativas que van a significar una tenue línea aperturista. De 1942 son las primeras medidas para la recuperación del Camino de Santiago, que pasan desapercibidas. En el Año Santo de 1954 se realiza por primera vez una tímida promoción de la celebración y el Camino en el exterior. Será en el Jubileo de 1965 cuando comience a pensarse en la recuperación de la vieja senda física. El régimen, con el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne a la cabeza, ve en la Ruta Jacobea un elemento significativo de promoción turística y realiza la primera campaña internacional. Esta política permite agilizar y concluir numerosas obras de mejora en Santiago de Compostela y otras ciudades, localidades y monumentos del Camino. Es una visión en la que confluye el tradicionalismo jacobeo con visiones más avanzadas.
El Gobierno franquista creó algunos premios de investigación sobre la Ruta. A uno de ellos se presentó y ganó una obra clave para la recuperación de la memoria jacobea y del propio Camino: Las peregrinaciones a Santiago de Compostela (1949), de los profesores Luis Vázquez de Parga, José María Lacarra y Juan Uría.
Franco promovió algunos indultos por causa de los años santos. Se liberaron varios presos políticos, como sucedió en 1943. También, intentando ocultar las presiones recibidas, se puso como excusa el año santo compostelano para la conmutación de penas de muerte a los procesados políticos del famoso juicio de Burgos. Fue al inicio del Año Santo de 1971.
La fuerte instrumentalización política del apóstol Santiago por el franquismo, sobre todo hasta los años sesenta, propició que numerosos intelectuales, intentando responder a las presiones recibidas, rechazasen la cultura jacobea. [MR]