XacopediaSanta María de Eunate, iglesia de

Templo románico en la ruta aragonesa del Camino Francés en la comunidad de Navarra. A 689 km de Santiago. Aparece unos 5 km antes de la localidad de Puente la Reina. Es, para muchos, el monumento religioso más enigmático del Camino Francés y, sin duda, uno de los más conocidos.

El conjunto de Eunate, formado por la iglesia y un pequeño edificio complementario, reconvertido en albergue, es de los que exigen un alto en el camino. Merecerá la pena. Con su inusual planta octogonal irregular y una arquería exenta de 33 arcos que la circunda, seguramente destinada a soportar un pórtico cubierto, Eunate sobresale de pronto en medio de un paisaje abierto y desprovisto de construcciones inmediatas. A agrandar su leyenda contribuye el hecho de que apenas se conserven datos sobre su origen y motivos. En todo caso, está claro que se trata de un templo de estilo románico, que posiblemente se construyó en el siglo XII, según Isidro Bango Torviso. Otros autores retrasan algo más su inicio.

Desde el renacer del Camino de Santiago es el templo que acumula más literatura y especulaciones, revelándose además como uno de los más hermosos, no sólo por fuera, cuya soledad en el paisaje impresiona. Su espacio interior, culminado por una bóveda nervada central, sobrecoge el ánimo de cualquier espíritu mínimamente sensible. En el exterior destaca la perfección de sus trazos y la singular espadaña situada en la parte superior de la cubierta.

Se desconoce el motivo de la ubicación de este templo en el apartado lugar en el que se encuentra. Se ha propuesto que su función pudo ser la de una especie de faro para peregrinos en medio de un paisaje amplio y en tiempos vacío y despoblado.

Algunos historiadores lo consideran obra de la Orden de San Juan de Jerusalén, aunque también se ha relacionado con los Templarios. Eunate se inspiraría en la forma octogonal de la antigua iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, que los caballeros de esta orden custodiaban. Para apoyar esta teoría se acostumbra a citar el templo del Santo Sepulcro de Torres del Río, también en el Camino, en este caso en el tramo navarro procedente de Roncesvalles. Es famoso en este sentido un capitel de la portada en el que algunos creen ver la cabeza invertida de un templario.

En lo que existe acuerdo es a la hora de situarla como una capilla con fines funerarios, como demostraron las excavaciones. Se descubrieron distintos enterramientos, varios de ellos posiblemente de peregrinos, ya que algunas sepulturas contenían conchas de vieira, emblema con el que se habrían hecho enterrar. Esto llevó a considerar que la iglesia pudo formar parte de un conjunto más amplio, pero inacabado, que incluiría un cementerio y un hospital para peregrinos. Parece confirmarlo el documento más antiguo que se conoce sobre el templo, una concordia de 1251 entre el prior de Eunate y unos cofrades de la vecina localidad de Obanos a los que se les autoriza a reunirse y enterrarse, en su caso, en “nuestro hospital del camino”.

Se ha especulado mucho con su nombre. Podría proceder del euskera eun [cien] y –ate [puertas]. Algunos autores lo relacionan con las arcadas que rodean el templo. Para los defensores del Camino de Santiago como una vía iniciática el origen etimológico vasco estaría vinculado con las ‘cien puertas’ que en la antigüedad llevaban al cielo. Todo el edificio estaría construido en función de esta especialísima función. Según los amantes de lo oculto, en el lugar confluyen una serie de energías telúricas que producen una paz especial que ayuda a la ascensión de las almas al cielo. Aceptan en este sentido su consideración como espacio sepulcral, pero no de cualquier persona, sino de caballeros iniciados, hombres buenos conocedores del camino de la salvación.

En fin, incógnitas para avivar la leyenda de uno de los templos más admirados, fotografiados y comentados de todos los caminos jacobeos. Para quienes quieran quedarse a descubrirlo por la noche, disponen de un singular albergue de peregrinos en el viejo edificio contiguo al templo. Antes, deberán dar las tres vueltas rituales al mismo y entrar en su interior dispuestos a sentir. Muchos acaban emocionándose. Es difícil saber por qué: puede que sea sólo la influencia del mito. O que el mito se manifieste. [MR]


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