XacopediaTorres Villarroel, Diego de

Clérigo, profesor universitario, médico y escritor (Salamanca 1694-1770). Peregrinó a Santiago en 1737. Personaje singular y una de la mentes más brillantes e inquietas de su tiempo, Torres Villarroel es autor de numerosas publicaciones e iniciativas tendentes a despertar a España de lo que el consideraba un estado de modorra preocupante. Su actitud crítica y la ironía de sus escritos se transmiten también a Viaje a Santiago, un largo poema de unos mil versos de tono burlesco y aparente desenfado en el que narra su peregrinación entre Salamanca y Santiago a través de Portugal.

Torres, como señala Alberto Navarro, tomó la decisión de realizar esta peregrinación en Portugal, donde había estado desterrado desde de 1732 a 1734. Durante este tiempo sufre dos graves enfermedades que lo llevan a realizar la promesa de marchar a Santiago si se cura.

Fue el voto al pie de la letra;
esto es, al pie de la pata;
porque yo dije, ¿qué Coche,
ni qué Mula, ni que é Jaca?

Así explica el sabio e ingenioso salmantino su promesa de peregrinar a pie, en todo momento en un estilo jocoso inédito en los relatos de peregrinación. Respecto al comienzo de su marcha dice:

Con mi bordón en la mano,
al cinto mi calabaza,
y la Casa de las Conchas
al hombro, pecho, y espalda:
A caminar empecé
y no por la Vía Láctea,
ni en la mejor vía, y forma,
que en derecho lugar haya;
Sino por donde juzgué,
que algún camino llevaba;
porque no digan de Torres,
que descaminado anda.

La mayor parte del poema transcurre describiendo su paso por Portugal, país que cruza hacia el oeste hasta Lamego, Braga y Valença, entrando en Galicia por Tui, donde destaca la buena acogida que le dispensan. El recorrido coincide en buena medida con itinerarios actualmente reconocidos como rutas de peregrinación. Ya en Santiago, su pluma actúa con un respeto que se advierte contenido sólo en lo más esencial:

Veneré aquellas paredes,
rendí adoración postrada
a aquel Cuerpo, que aún difunto
respira con tantas almas.

Invitado a la mesa del arzobispo compostelano, en aquel tiempo José del Yermo, fallecido a finales de ese año, no puede evitar que su pluma se escape:

Yo al contemplar su persona,
y la célebre abundancia
de su Archiepiscopal Mesa,
dije luego: Habemus Papam.
Rendido besé su Anillo,
aplicando su Esmeralda
más de cuatrocientas veces
a esta de Sansón quijada.

La peregrinación de Torres Villarroel, iniciada en primavera, duró cinco meses. La narración concluye con la estancia en Santiago, sin explicar la forma en que regresa. Sólo comenta, de pasada, que volvió “por otro camino”. [MR]


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