Xacopediabicicleta, peregrinación en

Desde la Edad Media, las formas de peregrinar a Santiago eran, casi exclusivamente, el viaje a pie y a caballo, y los recorridos de los diferentes caminos de Santiago eran comunes a ambos tipos de peregrinos, siempre que las condiciones del terreno lo permitiesen.

La realización del Camino de Santiago en bicicleta está reconocida por coincidir en la actividad ciclista numerosos factores característicos de la peregrinación, como el esfuerzo físico y el sentido de autosuperación, la búsqueda de uno mismo y el disfrute del rico patrimonio natural, cultural y artístico e incluso espiritual que tiene el Camino de peregrinación. También en el viaje piadoso en bicicleta se observan las ideas de mortificación, sufrimiento y esfuerzo que debía suponer este viaje para los peregrinos, recogidas por el Códice Calixtino (siglo XII), que en su sermón conocido con el nombre de Veneranda dies nos dice que “el camino de peregrinación es cosa buena, pero es estrecho”.

Pablito Sanz Zudaire, conocido como Pablito el Varas o Pablito el de las Varas, fue un auténtico pionero en utilizar este medio de locomoción para peregrinar a Santiago de Compostela. En 1966 decidió coger su bicicleta y emprendió su viaje hasta la tumba del apóstol Santiago. La experiencia lo convertiría en peregrino para siempre y abriría el camino a otros peregrinos que vinieron detrás.

Aunque el principal número de peregrinos en bicicleta sigue a través del Camino Francés, como por otra parte ocurre con los que llegan a Santiago a pie o a caballo, también se pueden utilizar las otras rutas jacobeas de peregrinación. Hay que tener en cuenta que las condiciones de algunos tramos de los trazados originales previstos para realizar la Ruta a pie pueden sufrir ligeras modificaciones para facilitarles el tránsito a los ciclistas.

Para obtener la compostela, que es el documento mediante el cual el Cabildo de la Santa Apostólica y Metropolitana Iglesia Catedral Compostelana acredita que los peregrinos realizaron, conforme a las condiciones que esta institución impone, el Camino de Santiago, hay que recorrer al menos los últimos doscientos kilómetros de cualquiera de las rutas.

Muchos de los tramos de los caminos de Santiago discurren por zonas de perfil accidentado, salpicado de continuas subidas y bajadas y algún que otro puerto de montaña, por lo que, antes de partir, hay que preparar adecuadamente la bicicleta, ponerse en buena forma física, planificar una correcta dieta alimenticia, una distribución adecuada de los kilómetros que se han de recorrer en cada etapa y un estudio básico de la ruta y el equipaje necesario.

El equipamiento básico de cualquier bicicleta de montaña suele ser suficiente para afrontar con unas mínimas garantías técnicas una ruta como el Camino de Santiago. Es necesario, sin embargo, añadir al vehículo unas alforjas y la parrilla portaequipajes sobre la rueda trasera. También resulta útil el triángulo hombrera que se coloca bajo el sillín, en el que puede tener cabida un pequeño, pero imprescindible, equipo de herramientas.

Las personas habituadas a la actividad ciclista deberán adaptarse antes de la partida al manejo de la bicicleta por trazados difíciles y con las alforjas cargadas. Los no iniciados deben realizar una preparación lenta y continuada de aclimatación, tanto a la propia bicicleta como a los recorridos por caminos y zonas de firme irregular. Es indispensable poseer unos conocimientos básicos sobre mecánica para los casos en los que se pudiera presentar alguna avería en la bicicleta.

El equipaje tiene que reducirse a lo mínimo necesario para no cargar con más peso del debido. El equipo básico debe incluir un maillot, un culotte, botas de bicicleta de montaña o zapatillas de suela dura, guantes, gafas de sol, sombrero o visera, un chubasquero ligero y el casco. Si el Camino no se realiza en verano, será necesario adaptar este equipo a las condiciones meteorológicas -maillot térmico, culotte largo, etc.- A todo esto hay que añadir la ropa interior y de calle más imprescindible, unas zapatillas ligeras, crema solar, una toalla, útiles de aseo, una cantimplora, una linterna y la documentación personal y de ruta. Debe llevarse también un plástico para cubrir las alforjas. Muchos de los albergues actuales de los caminos de Santiago tienen lugares reservados para estacionar las bicicletas.

Según los últimos datos de la Oficina de Peregrinos de Santiago, en agosto del año 2009, llegaron a Compostela 28.582 peregrinos a pie y 6.398 en bicicleta; en julio, 22.164 lo hicieron a pie y 3.974 en bicicleta; en junio, 15.509 a pie y 3.719 en bicicleta; en mayo, 13.411 a pie y 2.960 en bicicleta; en abril 8.832 a pie y 1.354 en bicicleta; en marzo 1.560 a pie y 241 en bicicleta; en febrero 619 a pie y 60 en bicicleta; y en enero 487 lo hicieron a pie y 32 en bicicleta. En el año 2008 llegaron 103.669 peregrinos a pie y 21.143 en bicicleta; en 2007, lo hicieron 93.953 a pie y 19.702 en bicicleta; y en 2006 hubo 81.783 peregrinos a pie y 18.289 en bicicleta. Veinte años antes habían llegado en bicicleta 829 y 4145 a pie. [JS]

V. peregrinación


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