Xacopediafluvial, peregrinación

Cuando Jesucristo se despidió de sus discípulos antes de su Ascensión al Cielo, les dijo: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la Tierra”. En uno de estos confines, el finis terrae atlántico de Galicia, le fue encomendada a Santiago la tarea de sembrar la semilla del evangelio para que la palabra de Dios diese sus frutos. La teoría de la predicación de Santiago en tierras hispanas había sido transmitida por la tradición oral y fue recogida por primera vez por escrito hacia el siglo VI, en el Breviarium Apostolorum. Luego Santiago volvió a Jerusalén y fue decapitado por orden de Herodes Agripa. Según el Códice Calixtino, “fue recogido durante la noche el cuerpo del bienaventurado apóstol Santiago por sus discípulos, que, guiados por un ángel del Señor, llegaron a Jaffa, junto a la orilla del mar. Y como allí dudasen a su vez acerca de lo que debían hacer, pronto apareció, por designio del Señor, una nave preparada. Y con gran alegría suben a ella llevando al discípulo de nuestro Redentor e, hinchadas las velas por vientos favorables, navegando con gran tranquilidad sobre las olas del mar, llegaron al puerto de Iria, alabando la clemencia de nuestro Salvador […]”.

En el sermón conocido como Veneranda Dies, recogido en el capítulo XVII del libro I del Códice Calixtino se afirma que “en la traslación de Santiago se significa el descanso eterno, porque del mismo modo que el cuerpo del Apóstol se traslada para su veneración desde el lugar del martirio al lugar del sepulcro y su alma es llevada por los ángeles al descanso eterno, así nosotros, desde los sufrimientos de una vida virtuosa, por medio de la perseverancia en las buenas obras, subiremos indudablemente al descanso eterno del Paraíso […]. Así, el santo Apóstol fue elegido en tal día, para arrancar al mundo con su predicación de las fauces del demonio; fue trasladado para favorecer con su patrocinio no solamente a los gallegos, sino también a todos los que visiten el santo sepulcro, para enriquecerlos con sus beneficios, para iluminarlos con innumerables milagros y para preparar asiento consigo en la patria celestial a los que le amen de todo corazón”. Establecidas estas consideraciones, hay que decir que el tramo final de la traslación hasta Iria se realizó por la vía fluvial del río Ulla.

La nave que llevaba los restos mortales del apóstol Santiago, después de su travesía por el Mediterráneo y el Atlántico, entró en la ría gallega de Arousa y, desde las Torres de Oeste, en Catoira, recorrió río arriba el Ulla hasta llegar al puerto fluvial de Iria. En su entrada por la ría de Arousa, los peregrinos tienen a babor Aguiño, Ribeira, A Pobra do Caramiñal, Boiro o Rianxo, y a estribor, Sanxenxo, O Grove, A Toxa, Cambados, Vilanova, Vilagarcía o Carril.

Las Torres de Oeste fueron en la época en que la peregrinación a Santiago empezaba a vivir un período de esplendor, bajo el patrocinio del arzobispo Gelmírez (1120-1140), un elemento defensivo crucial que las convertía, según la Historia Compostelana, en “puerta y llave de Galicia”. La peregrinación marítima actual desembarca en Pontecesures, ya que las modernas canalizaciones fluviales para evitar los continuos desbordamientos impiden hoy la llegada en barco a Iria, que sí podía hacerse cuando Teodoro y Atanasio arribaron con los despojos del apóstol Santiago a ese puerto fluvial. La peregrinación actual continúa, ya por tierra, desde Pontecesures y sigue la senda del Camino Portugués.

En la iglesia de Santiago de Padrón, se guarda el viejo pedrón en el que, según la tradición, fue amarrada la barca que trasladó los restos de Santiago desde Jaffa. En la Edad Media, se usó como base del altar de la primitiva iglesia. El propio papa Calixto, en el Liber Sancti Iacobi, desmiente la teoría de que el pedrón había venido desde Jaffa, ya que era una piedra originaria de Galicia, aunque señala dos motivos para que fuera venerada, “uno, porque es la tradición que en el tiempo de la traslación, al desembarcar los discípulos en el puerto de Iria el cuerpo del Apóstol, lo colocaron sobre él. Otro motivo, que sin duda es mayor porque en él se celebró devotamente el sacrificio de la Eucaristía”.

En la fuente del convento padronés de O Carme se representa la escena de la translatio en barco del cuerpo del apóstol Santiago y el bautismo de la reina Lupa. Cerca de Padrón, en Rúa de Francos, perteneciente ya al municipio de Teo, se encuentra el castro Lupario, donde vivía la famosa reina. Hoy todavía pueden verse sus ruinas sobre un cerro.

Siguiendo el rumbo de la embarcación apostólica citada como barca de piedra, seguramente porque transportaba a Galicia minerales desde Jaffa, algunos peregrinos llegan por vía marítima-fluvial a Santiago a través de la Ruta del Mar de Arousa y Ulla.

Desde el viejo castro Lupario, los peregrinos se dirigen a Santiago de Compostela y, ya en el casco urbano, pasan ante la emblemática iglesia del Pilar, que recuerda la aparición de la Virgen a Santiago a orillas del Ebro y la construcción en Zaragoza por iniciativa del Apóstol, respondiendo a una petición de la Virgen, del primer templo mariano de la cristiandad. Porta Faxeira, que da entrada a lo que fue el viejo recinto amurallado, es el pórtico a la capilla de Santiago, que recuerda el lugar donde, según la leyenda, se detuvieron los bueyes amansados que la reina Lupa les había dado a Teodoro y Atanasio, para indicar el lugar del enterramiento. A pocos metros, se encuentra la catedral compostelana donde reposan los restos de Santiago. No existe en el presente -ni existieron en el pasado-, otros ejemplos de peregrinación jacobea por vía fluvial. Esta por la ría de Arousa y el río Ulla es única. [JS]

V. mar, peregrinación por / Mar de Arousa y Ulla, Ruta del


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