Zona despoblada en la Vía Podiense, en Francia. A 1.380 km de Compostela. La alta meseta francesa del Aubrac, tierra de tradiciones pastoriles en la que confluían varias cañadas de trashumancia, ventosa y escasamente poblada, antaño peligrosa por estar infestada de lobos y bandidos, es uno de los hitos del Camino de Le Puy. Por estos montes transitaba la Vía Agrippa, empleada por los peregrinos que bajaban a Saint-Gilles y durante un pequeño trecho coincidente con la senda jacobea, pues pronto se encamina al norte, hacia Clermont Ferrand. Para proporcionar la necesaria y caritativa asistencia a los peregrinos en lo alto del puerto, a 1.307 m de altura, el vizconde de Flandes Adalardo de Alsacia, que había sufrido en sus propias carnes el pillaje por parte de los forajidos y una gran tormenta de nieve en aquel lugar, funda un hospital, hacia 1120, intentando mitigar aquella desolación.
En clave más simbólica que real, se relata que la dômerie agustiniana tenía allí 12 caballeros para la defensa de los romeros, 12 sacerdotes para cuidar su alma y 12 damas para velar por su salud, aunque es cierto que, al menos en 1216, la comunidad era dúplice. Aquella obra, según su propia inscripción instalada in loco horroris et vastae solitudinis, contaba con la iglesia de Nôtre-Dame-des-Pauvres, aún subsistente, un convento, un hospital y un cementerio de los que nada pervive. Su campana tañía, como era frecuente en otros emplazamientos similares -Somport, Ibañeta o Ronces-valles, San Juan de Ortega, Fonce-badón, O Cebreiro- cuando la niebla o la nieve dificultaban la orientación. En el siglo XVII el hospital aún contaba con 24 sacerdotes, 6 hermanos legos de 30 a 40 donados, 6 niños de coro y 4 músicos. En una torre fuerte o donjón, que data del s. XIV y es denominada de los Ingleses, funciona actualmente la gîte d’étape. [AP]