Rey de Inglaterra que vivió entre los años 1133 y 1189. En 1177 encargó a sus embajadores que hablasen en su nombre con el rey Fernando II de León para que le concediese un salvoconducto y de este modo ir y volver por territorio leonés con el objetivo de visitar la tumba de Santiago, propósito que aseguraba tener desde hacía mucho tiempo.
Esta petición tuvo lugar siete años después de la muerte de Tomás Becket, de la que el rey fue responsable. Ambos se encontraban enemistados en un complejo juego de intereses cuya punta de lanza fueron sus diferentes posturas sobre el poder político de la corte eclesiástica. Algunos autores interpretan que el deseo de peregrinar de Enrique II tenía como propósito la expiación de dicho crimen. De todos modos, no hay constancia de que la peregrinación llegara a realizarse. [XIV]