Escritor y humanista francés (1494-1553). En sus textos advierte sobre las negativas consecuencias de la peregrinación. Su vida y obra se incluyen en el contexto de una Francia atravesada por el humanismo renacentista italiano y por la crisis provocada por los hugonotes, protestantes franceses de doctrina calvinista. Rabelais se posiciona como un promotor de la reforma religiosa, a pesar de que estuvo vinculado con la Iglesia católica. Tomó los hábitos franciscanos, pero los abandonó antes de profesar. Estudió Griego en París y Medicina en Montpellier, trabajando como médico en Lyon en 1532. Tras viajar a Roma ingresó en los benedictinos.
En su época fue completamente desconocido en España, donde estaba sometido a la censura de la Inquisición de un estado que, “con la espada en la mano y el crucifijo en la otra, despreció cuanto ignoró”, según sostiene Antonio Domínguez, profesor de Filología Francesa de la Universidad de Zaragoza. Sin embargo, sí fue admirado y leído al menos en Francia. Su obra más relevante es Gargantúa y Pantagruel (1534), cinco libros de aventuras en los que, a través de los dos personajes centrales, el autor ofrece una visión de la sociedad de su época, en la que relativiza la importancia de todo aquello que no sea materialmente aprovechable para la supervivencia humana. En sus escritos suele citar a España con un tono despectivo e insultante. El Camino de Santiago y la peregrinación merecen la misma suerte, sobre los que satiriza desde la perspectiva del humanismo renacentista que cultiva la inteligencia humana y el espíritu crítico. [XIV]