Peláez, Diego

Obispo de Santiago (1070-1094). De origen noble, fue designado para el cargo por el rey Sancho. En su tiempo se abolió la liturgia gótica o mozárabe en Santiago y se implantó la romana.

La obra más importante de este prelado fue el planteamiento y comienzo de las obras de la actual catedral de Compostela hacia el año 1075. De acuerdo con Alfonso VI, se propuso dotar al santuario del Apóstol de un gran templo. Las dimensiones proyectadas para aquel enorme edificio exigían la demolición de construcciones, comercios y monasterios que rodeaban la pequeña catedral prerrománica entonces existente. Para liberar el terreno, la mayor dificultad provenía del monasterio de Antealtares. San Fagildo, abad de Antealtares, recurrió al rey pidiendo apoyo contra el obispo. El pleito concluyó en 1077 con la concordia entre Diego Peláez y San Fagildo, mediante la cual los monjes renunciaron a su propiedad a cambio de privilegios en la nueva catedral. Se incautó también de la iglesia de A Corticela, que siempre había pertenecido a los monjes de San Martiño Pinario. Para compensarlos, mandó construir la que todavía hoy pervive, en un nuevo emplazamiento.

Pese al éxito en el inicio de las obras de la catedral, el episcopado de Peláez no acabó bien. Enemistado con el rey por motivos no bien aclarados, este ordenó la detención y encarcelamiento, con grillos y cadenas, del obispo. A principios de 1088 se celebró un Concilio de Husillos, en Palencia, donde compareció el obispo, que entregó el anillo y el báculo pastoral. El rey Alfonso exigió la inmediata elección y consagración de un nuevo obispo. Allí mismo eligieron a Pedro, abad del monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos), para hacerse cargo de la diócesis. El arzobispo de Toledo, Bernardo, dio cuenta al papa Urbano II, quien declaró nulo de pleno derecho lo acontecido en Husillos y ordenó al monarca poner en libertad a Diego para restituirlo a su dignidad episcopal. Alfonso intentó posponer la orden, pero en el Concilio de León celebrado en 1090 declararon nula la elección de Pedro de Cardeña y lo desposeyeron de la mitra compostelana. Urbano II declaró vacante la sede en 1094. La consecuencia inmediata fue la interrupción de las obras de la catedral. [IM]