XacopediaReliquias, capilla de las

La capilla de las Reliquias de la catedral de Santiago fue mandada construir por Juan de Álava, en el pontificado de Alonso de Fonseca III (1506-1524). Las obras debieron de finalizar siendo arzobispo Juan Tavera (1524-1534), ya que los blasones de ambos prelados se disponen en la capilla.
Tradicional lugar de visita de los peregrinos, se encuentra en el espacio ocupado por la antigua sala capitular, que fue utilizada para las reuniones del Cabildo hasta 1614. En la parte baja de los muros laterales de la capilla se construyeron unos arcosolios, destinados a los sepulcros de los miembros de la realeza enterrados en la catedral. Entre ellos se hallan Raimundo de Borgoña, esposo de doña Urraca y hermano del papa Calixto II, que concedió a Santiago la condición de Sede Metropolitana y cuyos discursos son recogidos en el llamado Códice Calixtino, Fernando II, Alfonso IX y su hijo Fernando, Berenguela, Juana de Castro y Pedro Froilaz.
En 1633 se finalizó el retablo ejecutado por Bernardo Cabrera y Gregorio Salvador para albergar con dignidad las reliquias de la catedral, entre las que destacaban una espina de la corona de Jesús, un fragmento del Lignum Crucis, la leche de los pechos de María o algunos restos de su cabellera. En 1641 fueron depositadas en él todas las reliquias y se redactó un documento titulado Relación de lo que se hizo en la colocación de las Stas. Reliquias de esta Iglesia del Sr. Santiago del relicario viejo al nuevo de la Capilla de los Reyes, día de Sta. Susana, 11 de agosto de 1641.
En 1743 dice el peregrino Nicola Albani que “la capilla acoge muchos cuerpos santos, y ya no hablo sólo de santísimas cabezas, piernas, pies, manos, dedos, brazos, vientres, ampollas de sangre de mártires -hay una pequeña ampolla con la sangre de san Genaro de Nápoles-; hay también dos ampollas llenas, una con la leche de los pechos y otra con las lágrimas derramadas por los ojos de la Virgen sobre el Monumento de su santísimo Hijo, y también se ven los cabellos y vestidos de la Virgen, con tantas reliquias como puede haber en Roma e incluso en Jerusalén, que este santuario de Galicia es una de las tres basílicas de la cristiandad […] por haber sido [se refiere a Santiago] el primer apóstol en morir después de Jesús […]. Sólo pueden entrar los peregrinos […] y el penitencial les va enseñando con detalle cada una de las reliquias y les invita a besar casi todas y a tocar también las coronas y otras devociones que los peregrinos traen […]; y en la mencionada capilla se ganan muchas indulgencias otorgadas por los sumos pontífices”.
Una de las reliquias más importantes es la cabeza de Santiago Alfeo, llamado el Menor, discípulo de Jesús y compañero en el colegio apostólico de Santiago el de Zebedeo, conocido como el Mayor. Fue traída a Compostela desde Jerusalén por Mauricio, arzobispo de Braga, pero que acabó en manos de Doña Urraca, que se la regaló al arzobispo compostelano Diego Gelmírez (1120-1140). Berenguel de Landoira (1317-1330), durante su pontificado en Compostela, mandó hacer el actual busto que acoge la reliquia. Albergó también la capilla de las Reliquias, en el centro del altar, la cruz donada por Alfonso III en el año 879, con motivo de la consagración de la basílica. Tenía grabada una inscripción que decía: Ob honorem Sancti Iacobi Apostoli/ Offervnt famvli dei adefonsvs princeps cvm conjuge scemena regina/ Hoc opvs perfectvm est in era dvodecima/ hoc signo tvetvr pivs/ Hoc signvm vincitvr inimicvs. Era una réplica de la cruz donada por Alfonso II el Casto, al que Teodomiro le comunicó la noticia del hallazgo de los restos del apóstol Santiago, a la catedral de San Salvador de Oviedo. Albergó en su día un fragmento del Lignum Crucis. Fue robada en 1906. En el año 2003 se realizó una réplica en el obrador Ángel de Santiago de Compostela, por iniciativa de la S.A. de Xestión do Plan Xacobeo.
Un incendio, ocurrido el 2 de mayo de 1921, destruyó el retablo manierista de Bernardo Cabrera y Gregorio Salvador y sólo nos quedan de él los datos que aparecían en el contrato, algunas fotografías y restos conservados, aunque no se perdieron en el fuego las reliquias. En 1925 se construyó un nuevo retablo, neogótico, tallado por Maximino Magariños. Una de las figuras destacadas, en relieve, es la del apóstol Santiago, como miles Christi, a lomos de su caballo, con la espada en la diestra y la cruz en la izquierda, luchando contra los sarracenos.
Guerra Campos, viceconsiliario de la Archicofradía Universal del Apóstol Santiago, director de la revista Compostela, secretario varias veces de la Junta de los Años Santos Jacobeos, miembro del Centro de Estudios Jacobeos y, finalmente, entre 1973 y 1996 obispo de Cuenca, constató que “en este relicario se guardan y veneran los millares de reliquias sagradas que han venido depositándose desde el siglo IX [cuando se produjo el hallazgo de los restos de Santiago y tuvieron su origen las peregrinaciones a su santuario] en el templo […]. Todos contribuyeron a formar el Tesoro de reliquias y relicarios: reyes, eclesiásticos y humildes y anónimos peregrinos”.
Adjunta a la capilla de las Reliquias, se sitúa la de San Fernando, que acoge parte del Tesoro de la catedral. [JS]


¿QUIERES DEJAR UN COMENTARIO?


**Recuerda que los comentarios están pendientes de moderación