San Isidoro de León, colegiata de
Ineludible en la visita a la ciudad de León, en el Camino Francés, la real basílica de San Isidoro se asienta en el lugar que ocupaba una antigua iglesia dedicada a San Juan, destruida por Almanzor y reconstruida después por Alfonso V y por los reyes Fernando I y Sancha, que llevan hasta el lugar los restos de San Isidoro que se encontraban en Sevilla. De ahí nace la advocación de esta construcción románica con añadidos góticos y todavía algún resto del templo anterior. Es particularmente importante el panteón real, mandado levantar por la reina Urraca, que posee uno de los conjuntos de pinturas románicas más importantes de la península, con detalles del Apocalipsis y del Nuevo Testamento. Veintitrés reyes o reinas, doce infantes y nueve condes recibieron sepultura en este lugar bello y sobrio donde la historia se ha detenido.
Desde el punto de vista jacobeo interesa especialmente la puerta del Perdón, que da acceso al crucero de la iglesia y que está consagrada a los peregrinos, ya que es el lugar utilizado por estos para ganar la perdonanza en los años de jubileo. Esta entrada muestra evidentes analogías con la de Miégeville, de San Saturnino de Toulouse, en la Vía Tolosana. Un perro y un león, guardianes del templo, sostienen el tímpano donde se representa el Descendimiento de la Cruz, las Marías ante el sepulcro y la Ascensión. A ambos lados del arco aparecen San Pedro y San Pablo. En este templo también resulta significativa la puerta del Cordero que, como su nombre indica, muestra la historia del sacrificio de Isaac. A ambos lados de la portada hay dos relieves que po-drían representar a San Isidoro y San Vicente y en el cuerpo alto se muestra un gran escudo real sobre el cual se ve una figura ecuestre de San Isidoro levantando su espada, que recuerda a una de las imágenes más representadas de Santiago.
La colegiata cuenta con un completo museo en el que se exponen piezas de gran valor como el arca de San Isidoro o la arqueta de los Marfiles, con veinticinco placas de marfil con un apostolado y ángeles, que se hizo para contener las reliquias de San Pelayo y San Juan Bautista en el siglo XI. [TRI]
V. León