Sancho de Larrosa

Obispo de Pamplona (ss. XI-XII). Destacado e influyente personaje del reino navarro-aragonés de su tiempo, Sancho de Larrosa también se cita alguna vez como La Rosa. Con probabilidad natural del pueblo de Larrosa, en el Pirineo aragonés, fue obispo de Pamplona desde aproximadamente 1122 hasta 1142. Durante sus veinte años de gobierno desplegó una continuada actividad centrada en la promoción de su diócesis, que vivió un período de expansión cultural. Se muestra como una figura clave del siglo XII para la proyección del hecho jacobeo en el noreste peninsular a la altura -salvando la singularidad de una y otra diócesis- de su coetáneo Diego Gelmírez en el Arzobispado compostelano.

En clave jacobea, destacan sobre todo dos hechos de su mandato. Gracias a la iniciativa de Larrosa se concluyó y consagró en 1127 la catedral románica de Pamplona, punto de encuentro de peregrinos desde ese momento. Había iniciado las obras hacia el año 1100 el obispo Pedro de Roda. El actual templo es fruto de reconstrucciones posteriores.

Todavía más relevante fue su decisión de crear un gran hospital para los peregrinos del Camino en Roncesvalles, estratégico punto de encuentro y descanso tras la siempre difícil tarea de cruzar los Pirineos. La iniciativa del obispo Larrosa se puso en marcha en 1127 con el apoyo del rey de Aragón y Navarra Alfonso I el Batallador (1073-1134), que colaboró en el desarrollo del Camino pero que se empeñó, sobre todo, en una encarnizada lucha por extender los dominios de su reino a costa, sobre todo, de los musulmanes, conquistando, entre otras plazas de gran valor, la ciudad de Zaragoza. Para la atención al hospital de Roncesvalles, Larrosa estableció una cofradía de clérigos y laicos. El nuevo enclave adquiriría pronto la fama, el poder y el prestigio que lo convirtió en el que ha sido quizá el segundo hito más decisivo y emblemático del Camino de Santiago después de la propia ciudad-meta de Santiago. [MR]

V. Roncesvalles