Jefe de un destacamento cristiano y familiar de Sancho (s. XI), abad de San Juan de la Peña (Aragón). Peregrinó a Santiago de Compostela en la segunda mitad del siglo XI. El príncipe García es el nombre con el que se denomina a este personaje en un texto de su época elaborado por Hebrethme, un monje de la abadía borgoñona de Cluny, en el que relata la búsqueda, hallazgo y traslación del cuerpo de San Indalecio, obispo de Urci (actual Pechina, Almería) y varón apostólico, a la abadía de San Juan de la Peña.
Según el texto, García peregrinaba a Santiago y a su paso por San Juan de la Peña se detuvo en la abadía pinatense, en la cual, después de confesarse con su pariente el abad Sancho, prometió agradecido servir al monasterio, al que ofreció su persona y sus bienes presentes y futuros. Sancho se limitó a pedir su colaboración en la búsqueda y traslado del cuerpo de San Indalecio a su abadía, recuperando así para territorio cristiano los restos, que por aquel entonces se encontraban en Urci, bajo dominio musulmán.
García accedió y le sugirió que, durante su peregrinaje, eligiera a uno o a dos monjes que le acompañaran en el viaje de regreso a su residencia en Murcia, donde estaba al mando de un ejército de cristianos al servicio del rey de Sevilla, Muhammad ibn Abbad al-Mutamid.
Una vez que regresa de Compostela, García recogió a los dos monjes, Evancio y García, y siguió camino a Murcia. Con el apoyo de su ejército y en el calor de una guerra entre el rey de Hispalis y de Almería entraron en Urci y se hicieron con el cuerpo, que depositaron en la abadía de San Juan de la Peña en 1084. [XIV]