Ciudad de 704.500 habitantes (10 m) en la prolongación hacia Andalucía de la Vía de la Plata. A 1.004 km de Santiago de Compostela. La actual capital andaluza tuvo su origen en el punto geográfico al que po-dían arribar los barcos mercantes siguiendo el curso del río Guadalquivir. La causa por la que recibió el nombre de Hispalis se debió a que sus construcciones primitivas se asentaron sobre postes hincados en el subsuelo, apuntalamiento que consolidaba la cimentación. Fundó la ciudad el emperador romano Julio César, otorgándole el nombre de Julia Rómula Hispalis.
Establecida la Sevilla romana, tiempo adelante la conquistaron los visigodos, pero su mayor esplendor llegaría con la invasión musulmana. Ya era la mayor y más importante ciudad de España, notable por sus edificios y monumentos. Con los árabes conoció su época de grandeza, la denominaron Isbiliya y construyeron la magnífica mezquita Mayor bajo el mandato del califa Almohade Abul Yacub Jusuf. El famoso Giraldillo con el que coronaron su alminar, dio nombre a la torre y es desde entonces el símbolo de la ciudad. La singular Torre de Oro, edificada en el siglo XII para la defensa del Guadalquivir, es otro monumento árabe que da fama a Sevilla.
Conquistada por el rey Fernando III el Santo en el año 1248, de quien conserva el escudo, engrandeció la Corona de Castilla. Reconvertidas sus mezquitas en templos de culto cristiano, siglo y medio después el estado ruinoso de la Mayor obligó al Cabildo eclesiástico a tomar la decisión de derribarla y construir en su solar la catedral Santa María de la Sede, el templo gótico más grande del mundo y el tercero en tamaño de la cristiandad. “Hagamos una iglesia que los que la vieren labrada nos tengan por locos”, fue lo que tradujo el pueblo llano de la decisión acordada por los canónigos de Sevilla en 1401. Según consta en el acta, la obra debía de ser tan grande y tan buena que no hubiese otra igual. Al año siguiente se inició la construcción que cumpliría ampliamente la idea concebida.
En el interior de la catedral se encuentra la capilla de Santiago. Es admirable el cuadro de grandes dimensiones pintado por Juan de Roelas en 1609 en que se representa al Apóstol combatiendo contra los musulmanes en la batalla de Clavijo. Según la tradición, su presencia fue fundamental para que las tropas cristianas lograran la victoria. En la capilla de San Hermenegildo figura una talla de Santiago peregrino que estuvo situada en la cúpula del crucero, el bordón que sujeta de la mano es regalo de la Asociación del Camino de Sevilla.
En la iglesia-catedral sevillana comienza el Camino Mozárabe o Vía de la Plata para los peregrinos que parten de esta ciudad. En la puerta de San Miguel, levantada en el siglo XV, está situada a ras de suelo la primera señal que indica el punto de partida del Camino. Consiste en una baldosa grabada con la vieira peregrina bordeada por el texto “Camino de Santiago-Vía de la Plata”. Este indicativo acompañará al peregrino durante todo el recorrido. Justamente enfrente hay otro de los símbolos de señalización, un azulejo con la vieira dibujada en su interior y bordeada por el mismo texto que indica la dirección que se ha de seguir. Estos símbolos de señalización son algunas de las aportaciones con que la Administración, en este caso el Ayuntamiento de Sevilla, ha apoyado y reconocido la labor de la asociación. Ostenta el nombre de la ciudad, es el origen del Camino y los peregrinos la siguen orientados. A la izquierda, situados enfrente de esta puerta de San Miguel, se observa otra de las puertas de la catedral, es la principal y recibe el nombre de la Asunción. Construida en el siglo XIX, en una de sus arquivoltas se encuentra, entre otras figuras, Santiago peregrino, imagen que será compañía fiel, protectora y animosa, para caminar a la intemperie los 1.004 kilómetros hasta finalizar el trayecto con el abrazo al Santo en Compostela.
Según demuestran las estadísticas, en el año 2008 se superó la cifra de 5.000 peregrinos que partieron desde Sevilla. El 60% de ellos son extranjeros, de estos, la mayoría son alemanes, seguidos de franceses, belgas, holandeses e italianos. En el auge constante de caminantes no solamente han tenido su importancia las guías editadas, las asociaciones, los medios de comunicación, la presencia de peregrinos en ciudades, pueblos y campos, atrayendo la curiosidad y el interés de los españoles hasta el punto de comprometerse a peregrinar sin tardanza. El propio camino, iniciado en la época romana y recorrido por los árabes en su conquista y posteriormente por los castellanos en la reconquista, atraviesa todo el oeste peninsular; su bonanza climatológica lo mantiene abierto todo el año, y además el paisaje, las ciudades históricas, los monumentos y las tradiciones hacen que sea posiblemente el camino de peregrinación más hermoso del mundo. Gran parte de ese mérito en la actualidad es debido a la labor de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Sevilla.
La ciudad de Sevilla también tiene su leyenda sobre el apóstol Santiago y emocionante es relatarla. Por los años cuarenta del siglo I partió de Roma el Apóstol, quien ya había recorrido diferentes países de Asia y Europa predicando el Evangelio y creando los primeros grupos de fieles a la nueva religión.
Desde Roma, Santiago decidió dirigirse a España y embarcó con destino a Sevilla donde comenzó su evangelización. Según la tradición, en el lugar en que hoy se alza la iglesia de Santiago, en la calle con el mismo nombre, estuvo la casa que habitaba el Apóstol cuando predicó en esta ciudad. En su labor apostólica consiguió reunir un pequeño grupo a los que bautizó. Desde esta ciudad el apóstol Santiago marchó a evangelizar otros lugares de la Bética. Regresó de nuevo a Sevilla antes del emprender camino a la región tarraconense, llegando hasta Zaragoza, donde se le apareció la Virgen María. [JR]
V. Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Sevilla / Plata, Vía de la