. Protagonista de uno de los milagros descritos en el capítulo XVII del Códice Calixtino (s. XII); vivía cerca de la ciudad de Lyon. Llevaba una vida casta y acudía todos los años al sepulcro de Santiago para hacer su ofrenda. Una vez, vencido por el placer de la carne, tuvo un encuentro con una joven y al día siguiente, arrepentido y como ya tenía previsto, emprendió su viaje a Santiago de Compostela con dos vecinos suyos y un borrico. Se le apareció el diablo, que lo engañó diciéndole que era el Apóstol y que debería cortarse los genitales para su salvación. El peregrino obedeció y se traspasó el vientre mientras sus compañeros dormían. Al despertar, lo vieron todo ensangrentado y moribundo, por lo que salieron atemorizados y dejándolo allí. Cuando los vecinos del lugar procedían a enterrarlo, el muerto volvió en sí y se sentó en el lecho fúnebre. Les contó que el diablo lo había engañado y que había resucitado por la intercesión del propio Apóstol, quien lo acompañó primero a Roma y luego a Santiago, donde encontró a sus compañeros con los que volvió a su tierra y contaron lo ocurrido, mostrando incluso las cicatrices. [IM]