Jesús

Fundador del cristianismo, considerado Hijo de Dios (s. I). Las vidas de Jesús y de Santiago el Mayor, como uno de sus doce apóstoles, se interrelacionan a través de varios pasajes del Nuevo Testamento, la única fuente próxima al periodo de existencia de ambos. Se trata de una relación de la que apenas se pueden extraer conclusiones precisas, como sucede, por otra parte, con la que tuvo Jesús con la casi totalidad de sus discípulos. Los textos bíblicos vinculados al fundador del cristianismo y a sus primeros seguidores tienen una clara intención teológica, por lo que apenas ofrecen datos histórico-biográficos.

Los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas sitúan el primer contacto de Jesús con Santiago en el momento en que este y su hermano Juan deciden dejar su actividad como pescadores en el lago Tiberíades y seguir al maestro, que les promete convertirlos en pescadores de hombres. Siempre según los textos bíblicos, la atracción de Santiago por Jesús fue casi inmediata, lo mismo que debió de ser la de este por el hijo de Zebedeo, ya que lo elige para formar parte del grupo de los doce apóstoles y hacerlo partícipe destacado, junto con su hermano Juan y con Pedro, de tres momentos esenciales de sus enseñanzas: la resurrección de la hija de Jairo, jefe de la sinagoga de Cafarnaún; la transfiguración en la que se evidencia como Hijo de Dios y la oración en el monte de los Olivos, poco antes de ser hecho prisionero y llevado a la crucifixión.

Sólo en otros dos pasajes se ofrecen datos que pueden orientar sobre la relación entre ambos. El Evangelio según Lucas relata las amenazas que Santiago y su hermano Juan pretenden lanzar contra unos samaritanos que no reciben a Jesús y como este los tranquiliza y los reprende por su actitud. A su vez, los Evangelios de Mateo y Marcos destacan la petición que los dos hermanos realizan a Jesús para estar sentados con él en su futuro reino, que ellos aún creen en ese momento más terrenal que celestial. De nuevo Jesús reacciona con calma y afán didáctico ante una petición que enfada a los otros apóstoles, lo que evidenciaría la confianza que, dado su atrevimiento, debían de tener Santiago y Juan con su maestro.

Podemos concluir que el vínculo entre Santiago y Jesús bien pudo ser una combinación de afabilidad y cierta predilección por parte del maestro y de una entrega decidida a su causa por parte del apóstol. No sabemos si en esta relación más o menos próxima o privilegiada pudo influir una posible vinculación familiar. Se ha especulado sobre la posibilidad de un determinado parentesco entre los dos personajes. Los que defienden esto -casi siempre desde fuera del ámbito de la Iglesia católica- se basan sobre todo en la interpretación de ciertos pasajes del Nuevo Testamento que permitirían deducir que María, la madre de Jesús, y María Salomé, la supuesta madre de Santiago, eran hermanas. [MR]

V. Biblia