Ciudad de 15.400 habitantes (108 m) de la Vía Francígena, en la comarca de La Lomellina, provincia de Pavía, Italia. A 1.926 km de Santiago y a 609 de Roma. Los primeros asentamientos documentados en el territorio de Mortara remontan al año 1600 a.C. y eran constituidos por los Levi Ligures. Estos sufrieron una derrota a manos del pueblo galo-céltico de los Sallii, que se establecieron en el lugar de su victoria, imponiéndole el nombre de Montier. Después de la caída del Imperio romano, la región cayó en mano de los longobardos, quienes fundaron, cerca de Mortara, una residencia de caza llamada Pulchra Silva, situada en las cercanías de la actual abadía de San Albino. El 12 de octubre del año 773, Carlomagno, rey de los francos, derrotó a Desiderio, último soberano longobardo, en una batalla muy sangrienta. Según la tradición poética -Ludovico Ariosto lo recuerda en sus versos- los muertos fueron 70.000 y el lugar de la batalla tomó el nombre de Mortis Ara [altar de la muerte].
La abadía y el conjunto abacial anexo han sido una etapa obligada de la Vía Francígena a lo largo de toda la Edad Media. Todavía pueden verse en las paredes de ladrillo de la iglesia numerosas inscripciones grabadas por los peregrinos. En Mortara se encontraba además otra importante abadía, que también era visitada por los caminantes que se dirigían a Roma y a Tierra Santa, la de Santa Cruz: surgida por la donación de un noble local y consagrada por el papa Urbano II. Se convirtió en sede de la Orden Mortariense, que durante 350 años fue una de las más famosas de Italia y extendió su jurisdicción sobre numerosas iglesias, incluida la de San Pietro en Ciel d’Oro de Pavía. [CP]