año santo
El año santo es un tiempo en el que la Iglesia católica concede indulgencias plenarias que permiten la remisión completa de las penas temporales impuestas para el perdón de los pecados. Las obtienen los peregrinos que visitan un determinado centro religioso o santuario y cumplen una serie de requisitos formales con sentido espiritual.
Para el canónigo compostelano Jesús Precedo Lafuente, al objetivo específico citado une el año santo otro general: “el perfeccionamiento del peregrino en el ámbito espiritual y el fomento de la devoción al santo titular del sepulcro o santuario al que se peregrina”. O sea, cumple dos grandes objetivos: uno penitencial/individual y otro devocional/colectivo.
El primer año santo estable fue el de Roma, creado en 1300 para facilitar la obtención de indulgencias al gran número de peregrinos que llegaban a la ciudad en aquel simbólico tiempo de cambio de siglo. El otro gran año santo es el compostelano, surgido previsiblemente en la primera mitad del siglo XV, imitando al romano. Ambos siguen celebrándose -cada uno conforme a su frecuencia temporal- con concurrencias en algunos momentos masivas y procedentes de los más diversos lugares del mundo.
La denominación año santo, con ser en la práctica semejante a la de año jubilar, tiene una implantación algo más tardía, aunque logrará, con el tiempo, un mayor uso popular.
La referencia al año jubilar como un período especial para la santificación aparece ya en el Antiguo Testamento, en el libro del Levítico, donde se dice que “el jubileo será un tiempo santo”. Y añade: “santificaréis el año 50 [el jubileo se celebraba cada 50 años] y promulgaréis una gran liberación para todo el país y para todos sus habitantes”. La jerarquía católica quiere recordar que los años santos deben reforzar ese sentido de renovación purificadora en el ámbito personal y social que inspiraba el antiquísimo jubileo judío.
La Iglesia y la tradición popular consideran sinónimas estas denominaciones, aunque el ex-deán compostelano Jesús Precedo Lafuente observa algún matiz: “el año santo acentúa el deber que la circunstancia reitera al cristiano de caminar hacia la santidad en la que fue iniciado con su bautismo”, en tanto que el “año jubilar apunta hacia una liberación espiritual”. [MR]
V. año jubilar / jubileo / jubileo, ganar el