Señal con forma de flecha, de color amarillo, pintada en las paredes, en los árboles, en las piedras o en el suelo para señalizar las distintas rutas jacobeas o Camino de Santiago e indicar por donde deben andar los peregrinos. Ante la necesidad de señalización del Camino, a principios de la década de los ochenta del siglo XX, un grupo de voluntarios, con Elías Valiña y Javier Navarro a la cabeza, empezaron a pintar flechas en los cruces del Camino Francés para orientar a los peregrinos por el ramal adecuado.
Elías Valiña Sampedro, cura de O Cebreiro, primer lugar de Galicia por donde pasa el Camino Francés, recibía de la empresa encargada de pintar las rayas de la carretera N-6 botes mediados de pintura sobrante y con la ayuda de una simple brocha señalizó el Camino. La señal persistió y aumentó su presencia. Es el indicativo más reconocido, más valorado y más fiable de los caminos de Santiago, así como el único que da garantía de que se avanza andando hacia Santiago de Compostela. Se ha convertido en un símbolo y un reclamo publicitario y se puede encontrar por otras rutas de Europa. [LC]