XacopediaOviedo

Ciudad de 187.100 habitantes (230 m) en el Camino Primitivo y en ramales de los Caminos del Norte y Francés, situada en el Principado de Asturias. A 310 km de Santiago. Fue fundada en el año 761 por los monjes Máximo y Fromestano, pero no alcanzó su esplendor como ciudad hasta que el rey Alfonso II el Casto, rey de Asturias entre los años 791 y 842, trasladó su corte a la antigua Ovetum. De esta ciudad partió la primera peregrinación de la historia a Santiago de Compostela, encabezada por el rey Alfonso II, primer peregrino y fundador del Camino Primitivo. A lo largo de la historia se ha mantenido como punto de partida de este itinerario. El recorrido del Camino Primitivo a través de la ciudad se inicia en la catedral y discurre por las calles de San Juan, La Luna, Covadonga, Melquíades Álvarez, Independencia, Teniente Coronel Teijeiro, Alfonso I el Católico y Pontón de Riello.

En el siglo IX, el monarca asturiano Alfonso II tiene la Iglesia cristiana como eje de identidad de su reino en contraposición con el Islam, instaurado en buena parte de la Península Ibérica tras las operaciones militares musulmanas del siglo VIII. Así pues, al tener noticia del descubrimiento de los restos del apóstol Santiago, parte en expedición en el primer tercio del siglo IX -posiblemente en el año 834- desde la corte para confirmar la veracidad del hallazgo. Con esta primera incursión establecería la ruta que se conoce como Camino Primitivo y fragua lo que será un vínculo duradero entre Oviedo y Compostela.

Alfonso II llevó a cabo obras de marcado carácter cristianizador en la ciudad de Oviedo como las siguientes: impulsa que sea sede episcopal hacia el año 812 y la consagra como diócesis, auspicia la reconstrucción de la basílica de San Salvador, templo para el que recupera el Arca Santa, y ofrece refugio a aquellos que huyen de la invasión musulmana. Alfonso II es pues una figura central dentro del cristianismo medieval que usa las ciudades de Oviedo, Lugo y Compostela como ejes de fe y dota al norte peninsular cristiano de un símbolo religioso en la lucha contra el Islam: los restos del apóstol Santiago el Mayor.

Desde la Edad Media Oviedo contó con un importante centro de culto cristiano, la catedral de San Salvador -comúnmente conocida como Sancta Ovetensis-, que se convirtió en un destacado lugar de peregrinación, bien fuera como parte del recorrido jacobeo, bien como meta en sí misma. Este último caso fue el de reyes leoneses y castellanos, desde Fernando II de León a Alfonso XI de Castilla. El principal reclamo de la basílica ovetense es y fue su Cámara Santa, estancia donde se custodian los tesoros y reliquias de la catedral. Se trata de una capilla palatina construida por orden de Alfonso II sobre la que posteriormente se edificó en estilo gótico la catedral. Fue decorada con varias estatuas-columna representando a los apóstoles, entre ellos a Santiago, en animada conversación. Está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En su interior acoge la cruz de los Ángeles y la de la Victoria, presentes en los escudos de Oviedo y Asturias respectivamente y el Arca Santa, que contiene reliquias de Jesús, como el Santo Sudario o espinas de la corona de la Pasión. Existe la creencia de que originariamente, la caja -construida en cedro- se encontraba en Jerusalén. Debido a la invasión persa del siglo VII, los cristianos de Palestina la habrían enviado a Alejandría a través del presbítero Filipo. Posteriores avances de los persas por África provocaron que fuera traída a la península, entrando por Cartagena. A comienzos del siglo VII San Isidoro, obispo de Sevilla, llevaría el arca consigo a Toledo cuando fue nombrado obispo de esta ciudad. En este siglo se cambia el recipiente de cedro por uno de roble. Empujada por la invasión musulmana, pudo ser trasladada hasta Oviedo entre el siglo VIII y principios del IX, ciudad en el que se custodia desde entonces.

En el siglo XI, el rey Sancho III el Mayor -gobernante entre 1004 y 1035- potencia el culto al santuario de las reliquias ovetenses junto al obispo de Oviedo, Ponce de Tavernoles, nombrado por él. Simultáneamente, promueve el Camino de Santiago y facilita la llegada a Oviedo de caminantes que peregrinaban por el más concurrido Camino Francés. Su hijo Fernando I siguió esta política, peregrinando a este santuario en 1053 y realizando numerosas donaciones.

En el 1075 -año de inicio de las obras de la catedral de Compostela-, el rey Alfonso VI promueve la apertura del Arca Santa, a la que dotaría de un recubrimiento de plata. Este viaja a Oviedo para presidir la apertura junto a su esposa Inés y sus hermanas, y un amplio cortejo de mandatarios del reino castellano-leonés. Este hito marca el comienzo de una época de apogeo de las peregrinaciones a la catedral de Oviedo, que tendrán vigencia a lo largo de los siglos XII, XIII, XIV y siguientes.

Atraídos por estas reliquias, muchos de los peregrinos del Camino Francés se desviaban por el puerto de Pajares hacia Oviedo, tras haber visitado en León los restos de San Isidoro. Así también, quienes recorrían la Ruta del Norte podían abandonarla en Villaviciosa para encaminarse en dirección a la catedral ovetense de San Salvador. Estos podían después continuar su viaje a Santiago siguiendo la ruta primitiva hacia su destino originario.

Algunos historiadores interpretan que el impulso dado al Arca Santa por parte de estos monarcas, en concreto en el caso de Alfonso VI, fue una “reacción de la iglesia de Oviedo, celosa de su antiguo prestigio capitalino, ante el auge logrado por la peregrinación compostelana”. En esta misma línea, hay quienes sostienen que la peregrinación al Salvador tiene un cierto fondo de disputa con Santiago.

Moralejo concluye que Oviedo pudo haber rivalizado con Santiago de Compostela, “contentándose al fin con su papel de etapa en el camino alternativo al francés”.

De todos modos, durante la Edad Media Oviedo se convirtió en el segundo destino más visitado -después de Santiago de Compostela- por las peregrinaciones expiatorias, a pesar de haber perdido la capitalidad del Reino en el 910 y de que el Camino Francés se hubiera consolidado como ruta mayoritaria en el siglo XI.

La masiva llegada de viajeros a partir del siglo XI, tras la visita de Alfonso VI a la Cámara Santa, obliga al rey a fundar un hospital para pobres peregrinos, donando en 1096 el palatio Francisco, que con el tiempo dará paso al gran hospital de San Juan. Esta institución posibilita la formación de un auténtico barrio de francos bajo las murallas ovetenses desde los últimos decenios del siglo XI. A este centro le siguen muchos otros, hoy desaparecidos como los que se encontraban entre la catedral y la puerta de Socastiello: el de San Juan y el albergue de Santiago de los Hortelanos, que fue convertido en hospital en el siglo XVI por el obispo Jerónimo de Velasco. En la actualidad, cuenta con un albergue de 16 plazas situado en el centro de la ciudad y regentado por la Asociación Astur-Leonesa de Amigos de Camino de Santiago. [XIV]

V. Alfonso II el Casto / Alfonso VI / Fernando I de León / Oviedo, catedral de San Salvador de / Primitivo, Camino


¿QUIERES DEJAR UN COMENTARIO?


**Recuerda que los comentarios están pendientes de moderación