XacopediaPraterías, As

En español, Las Platerías. Nombre de la histórica plaza que circunda la catedral de Santiago de Compostela hacia el sur. Se denomina en idioma gallego como ‘praza das Praterías’. Tiene, como las otras tres que conforman el entorno catedralicio, una fuerte tradición jacobea. En su parte norte sobresale la única fachada románica que conserva la basílica.

Debe su nombre al gran número de plateros que desde la Edad Media se instalaron en esta zona de la ciudad para producir y vender todo tipo de objetos de plata a los peregrinos, entre ellos figuras de Santiago y conchas de vieira, el emblema jacobeo más universal. Más bien de reducidas dimensiones, es actualmente, de las cuatro plazas catedralicias, la que acumula un mayor número de peregrinos y turistas por metro cuadrado. Conserva la única fachada románica que le resta a la catedral y es lugar de llegada para muchas personas que siguen el Camino Portugués y la ruta procedente del sur peninsular, a través de la Vía de la Plata y las tierras del sudeste de Galicia.

La plaza de As Praterías comenzó a convertirse en tal al amparo de las culturas renacentista y barroca. Es un proceso iniciado en el siglo XVI que culminará en el XIX, con la única excepción del edificio aportalado de su zona este, de mediados del siglo XX, en fase de ser transformado (2009) en nueva sede del Museo das Peregrinacións e de Santiago. Hasta el siglo XVI el lugar era un abigarrado espacio de pequeños edificios que, con la plaza de A Acibechería, concentraba la actividad artesanal y comercial orientada a los peregrinos. Además del poderoso gremio de los plateros, en este lugar se abrían paso los artesanos del cuero, que también vendían mucho a los peregrinos, sobre todo cinturones y bolsas, los azabacheros, los concheiros [vendedores de conchas de vieira], los picheleiros [artesanos del latón], etc.

De esta febril actividad sobrevive en el presente la de los plateros, aunque con una producción propia más reducida que antaño y con unas tiendas que ahora venden en la mayor parte de los casos además de los tradicionales objetos en plata, todo tipo de souvenirs. Buena parte de las antiguas actividades, sobre todo la de los plateros, estuvieron controladas por la catedral, por lo que la mayoría de las tiendas surgidas con la creación de la plaza se encontraban -y se encuentran aún- situadas en la parte inferior de la fachada plateresca del Tesoro. Se levantó en el siglo XVI, tras el derribo de anteriores y modestas edificaciones, con la intención de potenciar hacia el exterior el claustro de la basílica. Ofrece distintos motivos jacobeos en sus medallones y escudos.

En la esquina sur de esta fachada se instaló en el Año Santo de 1915 una placa dedicada al cardenal y arzobispo compostelano José Martín de Herrera, un salmantino que se convirtió a principios del siglo XX en el primer gran promotor moderno de las peregrinaciones. En su esquina norte la fachada parece suspendida sobre una hermosa, sorprendente y famosa estructura pétrea diseñada a modo de concha de vieira invertida (s. XVIII). Fue una solución arquitectónica para permitir la instalación de una escalera por debajo. Se utilizó como eficaz reclamo para la cartelería de la programación civil del Año Santo de 2004.

Pero si algún referente histórico-artístico sobresale y sobrevive al paso del tiempo en esta plaza es la magnífica y única fachada románica que conserva la catedral, un ejemplo vivo de este estilo que se difundió a través del Camino de Santiago. Los distintos artistas que trabajaron aquí dejaron también su huella en otros templos del Camino del norte peninsular. Algunas de las esculturas de la puerta de As Praterías, iniciada a finales del siglo XI y concluida a principios del XII, tienen un origen incierto y una desordenada colocación, al proceder de otras partes de la catedral, principalmente de la desaparecida puerta románica Norte o del Paraíso, derribada en la segunda mitad del siglo XVIII para dar paso a la actual. Por suerte, la fachada de As Praterías, con una estructura más sólida y al parecer menos interesante para el Cabildo catedralicio en aquel momento, logró salvarse.

El sentido iconográfico de esta puerta parece estar centrado en la figura de Cristo como camino de salvación, a través del ejemplo de su vida, un camino de luz, un mensaje muy próximo al sentido de la peregrinación. Como no podía ser menos, el Apóstol jacobeo está presente en esta portada -en la parte central de su friso- a través de una de sus esculturas más famosas e identificables, el llamado Santiago entre cipreses, al que acompaña, próximo, su hermano Juan Evangelista. El aparente desorden de las esculturas, fruto de las sucesivas variaciones e incorporaciones a lo largo de los siglos, confiere a esta fachada, en rigor, un interés que trasciende el del propio mensaje iconográfico para presentarse como un muestrario coral de la forma de sentir el mundo y la trascendencia en la Edad Media, en el momento de mayor éxito de la peregrinación compostelana.

Al lado de esta portada se yergue hacia el cielo la torre del Reloj o de la Berenguela, de base gótica y culminación barroca que deja adivinar en lo alto la gran campana de Santiago y de la catedral. La actual se realizó a finales de los pasados años ochenta.

La plaza de As Praterías es la única de las cuatro grandes plazas catedralicias compostelanas que dispone actualmente de fuente. Es la denominada fuente de los Caballos, obra de la segunda mitad del siglo XIX que sustituyó a otra anterior. Se le atribuyen variados significados, que van desde alguna forzada relación de sus caballos con el Santiago caballero, hasta la que los vincula con antiguas creencias en la capacidad de estos animales para encontrar agua escarbando con sus cascos.

La fuente se culmina con una de las más populares iconografías jacobeas compostelanas: la del arca, que representa la tumba del Apóstol, y la estrella, que simboliza su descubrimiento, sostenida por una dama que se ha interpretado como la ciudad de Santiago. Es necesario decir que es la fuente más hermosa de la ciudad, sencilla y mágica como el vuelo de un pájaro, con un diseño y unas proporciones idóneas para su emplazamiento. Es imprescindible para Santiago y sus visitantes.

Parecida iconografía a la de la fuente es la que culmina el telón de la casa del Cabildo, una escenográfica fachada barroca sin edificio que cierra la plaza por el sur.

Tres apuntes más, por último. Las actuales escaleras de la plaza, que se remontan al siglo XVI, tienen un marcado carácter jacobeo. Desde la recuperación de las peregrinaciones, en la primera mitad del XX, son el marco predilecto de los peregrinos para hacerse la recurrente fotografía de recuerdo en grupo. La plaza es, además, un espacio casi constantemente ocupado por los peregrinos que llegan siguiendo el Camino de Santiago, ya que en su esquina sureste, al inicio de la rúa do Vilar, se encuentra la barroca casa del Deán, donde se sitúa la Oficina del Peregrino, expendedora de la compostela, el anhelado documento eclesiástico que certifica la peregrinación a pie, a caballo o en bicicleta. En esta plaza también van a estar las dependencias del museo dedicado a las peregrinaciones y a la ciudad de Santiago, en fase de construcción (2009). [MR]


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