Hermano de Santiago el Mayor y, como este, uno de los doce apóstoles de Jesús (s. I). Citado como San Juan o San Juan Evangelista, por atribuirle la Iglesia la parte del Evangelio que lleva su nombre y para diferenciarlo de otro significativo Juan del Nuevo Testamento, San Juan el Bautista. Con su hermano Santiago el Mayor, alcanzó un significativo papel entre los discípulos. Después de Cristo, Juan mantendría e incrementaría esta influencia en los primeros tiempos de la Iglesia, en tanto que Santiago el Mayor habría continuado el camino contrario, al menos si nos atenemos a los textos bíblicos, la fuente más próxima.
En efecto, Juan y Santiago, a quienes la Biblia presenta como “los hijos del Zebedeo”, comparten un notable protagonismo en vida de Cristo. Ambos trabajaban juntos como pescadores en el lago Tiberíades y dejan esta actividad para incorporarse al grupo de los primeros discípulos de Jesús, a quien los uniría un cierto grado de parentesco y amistad, tal y como se discute desde antiguo sin resultados concretos. Los dos son escogidos por el que consideran el Hijo de Dios para formar parte del selecto grupo de los doce apóstoles. Sobre todo, los dos hermanos figuran, junto con Pedro, como los más próximos a Jesús. Los evangelios ofrecen numerosos ejemplos de esa relación preferente con el maestro: están entre los escogidos para ver la resurrección de la hija de Jairo, para presenciar su transfiguración como Hijo de Dios y para acompañarlo en la oración en el huerto de Getsemaní, poco antes de ser detenido para su crucifixión.
La estrecha relación entre los hermanos Zebedeo y de estos con Jesús también parece evidenciarse cuando le piden abiertamente ciertos privilegios en el futuro reino de los cielos, aunque la respuesta, entre críptica y evasiva, no les dé esperanzas. Este suceso, por cierto, confirmaría el carácter decidido y vehemente de los Zebedeo, motivo por el que Jesús les da el sobrenombre de Boanerges [hijos del Trueno]. Podría ser también indicativo del fuerte afán religioso de los hermanos.
Se ha apuntado en alguna ocasión la posibilidad de una cierta preponderancia de Santiago sobre Juan en el entorno de Jesús, ya que aquel aparece citado siempre, y en lugar preferente, justo por delante de su hermano. Se debería simplemente a que Santiago era el mayor de los dos, ya que el papel que va a representar Juan en los últimos momentos de la vida de Jesús y, sobre todo, en la Iglesia inmediatamente posterior a su desaparición, es de gran relevancia, en tanto que del apóstol enterrado en Compostela no se vuelven a tener noticias en el Nuevo Testamento, salvo la de su muerte, hacia el año 44, por orden del rey judío Herodes Agripa I.
San Pablo llega a considerar a Juan una de las tres columnas de la Iglesia inicial, junto con Pedro y un inconcreto Santiago que se identificaría con el considerado como el hermano del Señor o Santiago el Justo. Las palabras de Pablo las confirmaría la gran actividad que Juan parece desplegar en Jerusalén y en otros lugares próximos tras la muerte de Cristo y las alusiones que los historiadores antiguos hacen a su supuesta estancia e intensa actividad en Éfeso, en la actual Turquía, ciudad que transformaría en uno de los primeros centros del naciente cristianismo y donde se convertiría, siempre con las dudas pertinentes establecidas por distintos exégetas, en uno de los autores del Nuevo Testamento, como responsable del cuarto Evangelio, tres cartas y el Apocalipsis.
La fecha de la muerte de San Juan la ha situado algún estudioso entre los años 98 y 100, lo que difícilmente lo haría coincidir con uno de los apóstoles de Jesús. También se han citado otras dos más lógicas: los años 62 ó 70. Se ha llegado a decir que sufrió martirio al mismo tiempo que su hermano Santiago, hacia el año 44, pero esto parece muy improbable. [MR]