Pablo, San
También llamado Pablo de Tarso. Apóstol (Tarso, Turquía ca. 10-Roma?). Se convertió al cristianismo tras la Ascensión de Jesús. Considerado el discípulo de Cristo más viajero -fue llamado el Apóstol de los gentiles-, es también del que hay más datos al respecto. Por este motivo se le atribuye la primera predicación del evangelio en España, en directa competencia con la tradición que la considera obra de Santiago el Mayor. La fuente utilizada para sustentar la misión paulina está en su Epístola a los romanos (15, 23-24 y 28) en la que el propio Pablo anuncia que tras pasar por Roma marchará hacia España: “Una vez cumplido esto, cuando les entregue este fruto, pasando por vosotros, saldré para España.”
Sucede, sin embargo, que desde su llegada a Roma no se conservan noticias bíblicas sobre algún posible viaje más, ni a España ni a ninguna otra parte. Sólo se indica, que pese a ser detenido, predicó el evangelio entre los romanos. A partir de este momento todo son conjeturas. Algunas teorías defienden que habría muerto durante su cautiverio; según otras, acabaría siendo liberado y, tras predicar en Creta y España, regresaría a Roma, ciudad en la que sufriría martirio hacia el año 67. La tradición de su sepultura romana, reforzada con recientes hallazgos arqueológicos en tal sentido, y la ausencia de noticias posteriores de otros viajes cuando hasta ese momento son casi constantes, abonaría la teoría de su posible muerte durante el, seguramente, duro cautiverio inicial.
La referencia expresa del propio San Pablo de su intención de ir a predicar a España, aunque no se pueda demostrar si llegó a hacerlo, llevó a la Iglesia romana a defender esta posibilidad frente a la opción de Santiago, de la que no existen pruebas o indicios de ningún tipo, salvo las aportadas por la tradición. Una de las fuentes indirectas, aunque todavía próxima en el tiempo a los hechos, es la carta que el papa Clemente I (s. I) escribió a los corintios hacia el año 96. En ella se dice que Pablo llegó hasta los extremos más distantes de Occidente. En todo caso, esta cita podría ser un simple recurso retórico, dado que si realmente hubiese noticias de su presencia en España, resultaría un dato muy sustancial a resaltar por Clemente.
Ante la falta de pruebas directas de la predicación paulina, pese a que se considera probable que llegase al menos a la provincia tarraconense, la Iglesia romana acabó aceptando la posibilidad de la evangelización peninsular a cargo de los llamados siete varones apostólicos, cuyo fundamento es una tradición hispana que algunos estudios remontan como mínimo al siglo VIII. Estos evangelizadores -Torcuato, Segundo, Indalecio, Tesifonte, Eufrasio, Cecilio y Hesiquio- habrían sido consagrados obispos en Roma por San Pedro y San Pablo y enviados a la península.
Ante el interés mostrado por Roma en una evangelización hispana a cargo de San Pablo o de este en relación directa con los varones apostólicos, la Iglesia compostelana mantuvo durante casi toda la Edad Media la prudente postura de no aludir a la predicación de Santiago, aunque sí al traslado de su cuerpo a la península, el único argumento imprescindible para justificar la existencia del santuario compostelano. En todo caso, en San Pablo y en su Epístola a los romanos (10, 18) se encuentra también el fundamento de las teorías que intentarían justificar la predicación de Santiago en Hispania, al afirmar que la voz de Jesús se difundió por toda la tierra “y hasta los confines del orbe habitaron sus palabras”. [MR]