Citado en la tradición de la Iglesia como uno de los varones apostólicos que evangelizaron Hispania. En la leyendas compostelanas aparece como uno de los discípulos directos de Santiago el Mayor. Los siete varones eran Segundo, Indalecio, Torcuato, Tesifonte, Eufrasio, Cecilio y Hesiquio, aunque en ocasiones también se incluye en este grupo a Teodoro y Atanasio, ambos enterrados en el mismo sepulcro donde descansan los restos del Apóstol de Galicia.
La historia de la traslatio y la posterior evangelización de los varones apostólicos aparecen descritas al principio del libro III del Codex Calixtinus (s XII). Tras sufrir el martirio, el cuerpo y la cabeza de Santiago fueron rescatados, junto con su bordón y el hacha con la que le habían dado muerte. La comitiva se dirigió a España, donde el Apóstol había pedido que enterraran sus restos. Los siete varones fueron entonces designados por los santos Pedro y Pablo para difundir la doctrina cristiana por España. Unos manuscritos del siglo X relatan como una vez llegados a Acci, actual municipio de Guadix (Granada), fueron atacados por los lugareños, al no rendir culto a los dioses paganos Júpiter, Juno y Mercurio. Consiguen huir gracias a la intervención divina, al derrumbarse el puente por el que cruzaban sus perseguidores. Sería Luparia, una matrona del pueblo, la que conseguiría que fuesen finalmente acogidos en la localidad, en la que comienzan su cristianización.
Es entonces cuando se separan sus caminos. El nuevo destino de Segundo sería Abula, vocablo que algunas fuentes identifican con Abla, ciudad situada cerca de Almería. En cambio, otra tradición sitúa esta predicación en la ciudad de Ávila.
Poco se sabe de la vida y predicación de San Segundo. En el año 1519, siendo obispo Francisco Ruiz, la Cofradía de San Sebastián descubrió el sepulcro de San Segundo en la ermita que este santo tenía a las afueras de Ávila, ciudad de la que se presume que fue su primer obispo. La ermita, consagrada primero a Santa Lucía y luego a San Sebastián, fue más tarde dedicada a San Segundo. Se inició su construcción en el año 1130 y se completó en 1150. En 1544, ya descubiertas las reliquias, se reforma el templo, declarado Monumento Nacional en 1923.
En contra de los cofrades de San Sebastián, sus restos fueron trasladados a la catedral abulense en 1594, a iniciativa del obispo Jerónimo Manrique de Lara -supuestamente curado por el santo- donde se conservan a día de hoy en la capilla de San Segundo. El rey Felipe II solicitó el envío de una de las reliquias a la corte real.
Con todo, no existen datos anteriores a ese año que certifiquen la presencia del varón apostólico en la ciudad. Autores como María Cátedra ven en la posesión de las reliquias un símbolo del poder de la pujante clase burguesa. En palabras de Leopoldo Llaneza Fadón, “es el motor en torno al cual se constituye una ciudad como Ávila en uno de los momentos más importantes de su historia”.
Actualmente es el patrón de Ávila y su onomástica se celebra conjuntamente con la de los otros seis varones apostólicos el 1 de mayo. Esta fecha se corresponde con el día en el que murieron los siete y se identifica en el Liber Sancti Jacobi como el día 15 del calendario romano. En Ávila, ciudad emplazada en el Camino del Sureste, también se honra su memoria el día 2 del mismo mes. [SOB]