Parsifal.

Ópera de Richard Wagner (1813-1883) inspirada en la leyenda artúrica del Santo Grial. Para salvar al rey de una grave enfermedad, Parsifal debe recuperar el Grial de manos del mago traidor Klingsor. Tomando como base el poema Parzival, Wagner compone su drama lírico Parsifal en 1882. Este personaje es el elegido por Dios; gracias a su pureza triunfa en todos los obstáculos y resiste todas las pruebas y tentaciones hasta llegar a poseer el Santo Grial en Munsalvaesch.

Wagner sitúa el templo en las montañas septentrionales de la España gótica. A pesar de que los datos geográficos que aporta son inconcretos, diversos autores intentaron localizar el enclave. Kufferath, crítico literario musical de Wagner, cree que Montsalvat se refiere a los Pirineos, mientras otros, como Milá y Fontanals, afirman que la montaña se encuentra en Galicia, teoría que apoya el estudioso Bonilla San Martín, quien cree que las noticias de los misteriosos lugares de Salvatierra y Montsalvat “fueron divulgadas por algunos peregrinos que volvieron de Santiago de Compostela”. Otro autor que sostiene esta posibilidad -nunca claramente argumentada, en cualquier caso- es Huidobro y Serna. Para él, Galicia sería el país de Parsifal y O Cebreiro, en el Camino Francés, el legendario santuario de los caballeros del Santo Grial.

Esta última propuesta entronca con la leyenda del milagro del Santo Grial de O Cebreiro, difundida en Europa, que relata como un día de invierno con una fuerte nevada en estas tierras, un vecino del pueblo de Barxamaior subió, como de costumbre, a escuchar misa a pesar de las inclemencias meteorológicas. El cura piensa que se expuso a morir en el camino sólo para arrodillarse ante un poco de pan y de vino. Para escarmentarlo, en el momento de la consagración, la hostia se transforma en carne y el vino en sangre. En ese instante, la imagen de la Virgen, colocada en un lateral del altar mayor, se postra de rodillas, para adorar el cuerpo y la sangre del redentor. Esta historia se difundió por Europa en la Edad Media, en la voz de peregrinos, clérigos y juglares. El milagro fue conocido también por los Reyes Católicos, que peregrinaron en 1486 y donaron el relicario que, junto con el cáliz, se expone todavía, en la iglesia de Santa María do Cebreiro. [IM]