XacopediaIdrisi, Abu Abd Allah Muhammad al-

Citado como Al-Idrisi, El Idrisi, Al Edrisi. Geógrafo y viajero hispanomusulmán (Ceuta 1099-1169?). Este gran cartógrafo medieval -el más significativo de su siglo- fijó su atención en la ciudad de Santiago y su significación como centro de peregrinación. También alude en sus escritos geográficos al Camino de Santiago. Se ha debatido más de una vez si Al-Idrisi, que posiblemente estudió en Córdoba, conoció en primera persona Compostela y las rutas jacobeas o escribió a través de determinadas fuentes. Parece más lógico lo segundo que lo primero. En cualquier caso, la mayoría de sus datos son muy precisos.

Conocido pronto por su erudición, Al-Idrisi fue llamado por Rogerio II de Sicilia. Es sabido que este le encargó la construcción de una esfera celeste y una representación del mundo entonces conocido en forma de disco y todo ello en plata. Como el joven Al-Idrisi sólo utilizó una pequeña parte de la plata entregada por el rey, este le premió con toda la sobrante y le colmó de regalos. Entró, además, al servicio del monarca, que le solicitó una descripción geográfica de la Tierra realizada mediante observaciones directas y no con referencias. Es por ello que Al-Idrisi se rodeó de corresponsales que viajaron acompañados de dibujantes.

A resultas de esos trabajos, pudo publicar su gran obra, Recreo de quien desea recorrer el mundo (1154), también designada como Libro rogeriano, obra que le hizo ganar el título honorífico del “Estrabón árabe”, lo que constituía una referencia absoluta entendida en la época en que fue escrita. El trabajo fue dado a conocer en Europa gracias a su publicación en Roma, en 1552, por la imprenta de los Médicis. En España no se editó hasta 1882, en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid.

Al-Idrisi divide el mundo en siete climas o regiones y se ocupa de la descripción de España en la primera sección del cuarto clima. Señala que había cuatro caminos para acercarse a Santiago de Compostela. El primero es un itinerario terrestre más o menos coincidente con el Camino hoy llamado Francés, que sigue en gran medida el trazado desde Galicia a Francia -O Cebreiro, Ponferrada, León, Burgos, Logroño, Estella, Pamplona, Roncesvalles, Saint-Jean-Pied-de-Port, etc.-. En segundo lugar describe el itinerario por mar desde la ciudad del suroeste francés de Bayona hasta los puertos gallegos, a través la costa cantábrica, pasando por Santillana del Mar, A Coruña, Fisterra, etc.

La ruta Coimbra-Santiago por tierra y la misma ruta por mar son los otros dos itinerarios que cita. El camino terrestre pasa por la ciudad portuguesa de Braga y por Tui, ya en Galicia. En el itinerario marítimo, en navegación de cabotaje, hace las descripciones más interesantes, referidas a lugares que hoy en día conforman el llamado Camino Portugués a Santiago. Señala que los barcos pueden subir por la ría de Arousa, pasar ante las Torres de Oeste y encauzar el río Ulla hasta Pontecesures, para continuar a Compostela por tierra.

Así describe Al-Idrisi esta última ruta: “Desde dicho río Douro hay 50 millas a la boca del Miño, que es ancho caudaloso y profundo, la marea entra en él mucho y los barcos lo recorren haciendo paradas en las varias aldeas y fortalezas de sus orillas. Desde el Miño se cuentan 60 millas desde la desembocadura del río de Tourón (Oitavén) [...] A seis millas sale el río Lérez, en el cual, aunque pequeño, fondean grandes barcos. A otras seis millas se confronta el río de Merrar (Umia) […] Penetran en él grandes embarcaciones. Seis millas más allá desagua el río de Santiago, llamado de Honesto [...] Entra en él la marea y suben grandes naves hasta unas 20 millas, donde hay un gran puente de cinco arcos [el de Cesures], de dimensión tan considerable y tan altos que pueden pasar por debajo los barcos sin abatir palos. Cerca está la gran fortaleza de Honesto, y de allí a Santiago hay cerca de 6 millas.”

También señala el geógrafo hispanomusulmán un enlace con la Vía de la Plata por Salamanca y Zamora. Asegura que las ciudades situadas en el Camino a Compostela muestran una prestancia y un desarrollo urbano y socioeconómico no conocido en otras zonas del territorio cristiano peninsular.

Resulta muy interesante la descripción que hace Al-Idrisi del gran templo de peregrinación de Santiago de Compostela, la cual constituye, sin duda, la mejor aproximación hecha desde el mundo árabe. Señala que sólo rivalizaba en tamaño con el templo del Santo Sepulcro de Jerusalén y añade que recibía peregrinos “de toda las esquinas de la cristiandad”. Destaca la hermosura de la catedral y no deja de apuntar el lujo del que se rodeaba la sede compostelana, con “más de trescientas cruces labradas en oro y plata, con jacintos incrustados, esmeraldas y otras piedras de variados colores, y cerca de doscientas imágenes de estos mismos metales preciosos”. Asegura que son más de cien los sacerdotes que atienden el culto, “quitando acólitos y servidores”, matiza.

Hace también una descripción exterior de la basílica y afirma que está construida con piedra unida por cal y rodeada por los edificios donde se alojan las muchas personas al servicio del culto. Llama su atención el activo comercio tanto de la ciudad como de las aldeas y lugares próximos. Describe, a continuación, el estuario del Tambre y señala la existencia del gran monasterio de Sobrado junto al nacimiento de dicho río, para seguir la relación de varios lugares y accidentes geográficos de la costa cantábrica -río Saja, río Suera o ciudad de Bayona-, hasta los que llama “montes del Templo de Venus”, los Pirineos. [JAR/MR]


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