En euskera, Zangoza. Localidad de 5.200 habitantes (405 m) en la ruta aragonesa del Camino Francés a su paso por Navarra. Se encuentra en el límite con la provincia de Zaragoza. A 744 km de Santiago. Destaca por su patrimonio artístico y su intensa relación con el Camino de Santiago desde la Edad Media, aunque el lugar remonta sus orígenes a épocas anteriores.
Los vestigios más antiguos -romanos- están en el lugar de Rocaforte (480 m), a la salida del Camino hacia Monreal, pero la actual Sangüesa surgió en el siglo XII a los pies del promontorio en un nuevo emplazamiento, en la otra orilla del río Aragón, que cruza entre ambos lugares, tras dejar atrás el embalse de Yesa. En 1076 el rey Sancho Ramírez le concedió a Rocaforte, a semejanza de Jaca, un fuero muy liberal para el momento, que favoreció el asentamiento de francos y un incipiente desarrollo como centro comercial. Pero no será hasta el otorgamiento en 1122 por Alfonso I el Batallador de los fueros a la nueva población asentada en la parte baja -la actual Sangüesa- cuando esta se desarrolle con fuerza como punto de escala para los peregrinos jacobeos, como pretendía el monarca. Quizás por este desarrollo relativamente tardío no aparezca citada en la guía del peregrino del Codex Calixtinus, escrita hacia el año 1130.
Son muchas las huellas jacobeas perceptibles en Sangüesa y su patrimonio. Construida en torno a su alargada calle Mayor, que despedía a los peregrinos en el puente sobre el río Aragón, el patrimonio de Sangüesa es de gran diversidad y valor. Destaca, por encima de todo, la iglesia románica de Santa María la Real (ss. XII-XIII). Tiene en su portada, en la que se concentran unas 300 imágenes, una de las obras cumbre del románico español, fruto de las relaciones artísticas generadas a través del Camino. La fundaron los caballeros hospitalarios de San Juan, que también promovieron en el lugar un hospital de peregrinos.
Especial significación tiene también el templo de Santiago, monumento histórico-artístico desde 1997. Se inició en la primera mitad del siglo XII, inspirado en parte en la famosa iglesia de Santa María de Roncesvalles. En el tímpano aparece una imagen del Apóstol (ss. XVI-XVII) flanqueado por dos peregrinos pintados posiblemente en el XVIII. En la capilla del ábside meridional se contempla una de las mayores esculturas medievales de Santiago que se conocen. Tiene 2 m de altura y es del siglo XIV, de inspiración francesa. Aparece con el bordón, parcialmente mutilado, y el libro de los Evangelios. Se cree que pudo presidir el altar mayor de la iglesia hasta la construcción del actual retablo. Se descubrió 1964 en el subsuelo del templo gracias a las reformas impulsadas con motivo del Año Santo compostelano de 1965. Se considera una de las esculturas jacobeas más relevantes de todo el Camino de Santiago.
El presbiterio de esta iglesia está decorado con diversos motivos y símbolos de inspiración jacobea -conchas de vieira, bordones, etc.-. La casa consistorial, en el histórico palacio del Príncipe de Viana (ss. XIII-XIV), presenta diversos motivos jacobeos. Es también de interés la iglesia del Salvador (s. XIV), entre otras construcciones de gran valor, como el palacio barroco de Vallesantoro.
Como sucede en Jaca y otras poblaciones del Camino, también aquí se atribuye a San Francisco de Asís, en su supuesta peregrinación a Santiago en torno al año 1214, la fundación del convento franciscano de la localidad. Sería, por lo tanto, el primero o segundo de la orden franciscana en España. Datos históricos más fiables sitúan, sin embargo, su origen hacia 1266. Con la intención de evitar el desfase entre las dos fechas hay quien defiende que el primer convento (ca. 1214) se correspondería con el eremitorio de San Bartolomé, en Rocaforte, trasladado posteriormente a la actual en Sangüesa.
Una leyenda local cuenta que el santo hizo brotar al lado de la ermita un moral que secaba cada vez que los monjes abandonaban el emplazamiento, reverdeciendo al volver estos. Alguna crónica franciscana concede cierto sentido a este relato a medio camino entre la tradición y la leyenda, ya que narra que Rocaforte fue el primer lugar donde descansó el santo en su camino a Santiago. En la actualidade la fuente de San Francisco, antiguamente conocida como de la Salud, por sus reparadoras aguas, y la llamada piedra de San Francisco, donde descansaría, recuerdan su hipotético paso.
Además del hospital de los Caballeros de San Juan, que llegó a ser el más notable de la localidad, tuvo Sangüesa cuando menos otros doce centros asistenciales para peregrinos. Destacaron el de San Nicolás y el de la Magdalena, en el que se atendía a los caminantes leprosos, a la salida de la localidad. En Rocaforte también se conservan vestigios del hospital de San Miguel, que dependía de la colegiata de Roncesvalles.
En el presente Sangüesa sigue siendo una localidad con una variada oferta para el peregrino. Destaca en ella el albergue de las Hermanas de la Caridad. [MR]