Fernández de Córdoba, Gonzalo. Llamado Fernando González de Córdoba, se le conocía además por su excelencia en el arte de la guerra como el Gran Capitán. Noble, político y militar español (1453-1515), peregrina a Compostela a comienzos del siglo XVI -pudo ser en 1510 ó 1512- para cumplir un voto hecho en 1509.
Durante su visita establece un contrato con la Iglesia santiguesa por el que disponía parte de sus bienes a favor de la catedral. Por lo que respecta al itinerario que realizó, varios autores, entre los que se encuentra Francisco Singul, sostienen que siguió el Camino del Sudeste y la Vía de la Plata. Viajó acompañado por su esposa y por los demás miembros de su corte.
Fernández de Córdoba se presentó en Santiago para agradecer al Apóstol su protección, ya que consideraba un milagro que, habiéndose pasado toda su vida en la guerra, nunca le hubiesen herido. Para su recepción, el arzobispo Alonso de Fonseca III y el Cabildo realizaron grandes preparativos.
El Gran Capitán entregó al Cabildo santiagués cien ducados de oro y veintidós mil maravedís para una lámpara de plata con la inscripción de su escudo de armas, que debía arder perpetuamente dentro del camarín del Apóstol -actualmente esta ofrenda se conserva y aún alumbra-. Ante el altar mayor de la catedral, el noble leyó un texto en el que le decía al Apóstol cómo había notado los efectos de su protección en el curso de tantas campañas victoriosas en las que había participado. Algunos autores sostienen que el arzobispo Alonso III de Fonseca le habría obligado a leer ese documento, reconociendo públicamente que “en mis victorias vi cosas muy señaladas e muy evidentes que parescieron ser en my ayuda e fuerça de mis victorias del gloriosísimo Senyor Santiago”.
Fernández de Córdoba pidió que todos los años, en la octava de la fiesta apostólica, se rezara una misa solemne con procesión y responsos para él, su mujer, su hija, su hermano y su tía. Solicitaba, además, que lo enterrasen en la iglesia de Santiago, aunque finalmente descansó en San Jerónimo de Granada.
Aunque no existe unanimidad sobre la fecha exacta de su peregrinación, todos creen que sucedió a comiezos del siglo XVI. La más probable parece ser 1512, coincidiendo con la celebración del año santo. Esta fecha está además refrendada porque hay constancia de que Fernández de Córdoba acudió a los solemnes funerales que Alonso de Fonseca III ofició por la muerte de su padre en 1512 en Compostela. Otras fuentes datan su peregrinación dos años antes, es decir, en 1510. [XIV]