XacopediaOseira, monasterio de

Situado en el municipio de San Cristovo de Cea (Ourense), en un ramal del Camino del Sudeste-Vía de la Plata o Ruta Mozárabe gallega. Este cenobio cisterciense tiene gran tradición de acogida a los peregrinos jacobeos, que no dudaban en desviarse de su camino a Santiago para visitar este centro religioso. No en vano su historia está íntimamente ligada a la de San Famiano, peregrino alemán que tras visitar Santiago se hizo monje aquí. Comenzó su andadura histórica en 1137, cuando un pequeño grupo de monjes se retiró para vivir la experiencia de Dios, integrándose en la Orden del Císter en 1141. Los modestos edificios de un principio fueron ampliándose a medida que se desplegaba el potencial económico de la casa, merced a las continuas donaciones y a las compras efectuadas por los monjes.

El templo monástico, construido a finales del siglo XII y principios del XIII, aunque con numerosas restauraciones posteriores, es una de las más perfectas realizaciones del románico gallego, con influencia en planta de la catedral de Santiago. Tiene tres naves, crucero y presbiterio rodeado de girola con capillas radiales. La sacristía y el coro alto son dos bellas realizaciones del siglo XVI, y los tres claustros y las fachadas de la iglesia y del monasterio constituyen un sabio compendio de arquitectura renacentista y barroca, al igual que sus tres claustros.

Son muy interesantes los cuatro retablos que se adosan a las columnas y forman arcos de triunfo a la entrada de la girola. El arco que los une remata en un pedestal donde existió una imagen de Santiago matamoros que la humedad destruyó irremisiblemente, pero sí se conserva una delicada talla de Santiago peregrino en el retablo de la izquierda, en el que también hay un relieve que representa al Apóstol orante ante la Virgen del Pilar. El retablo opuesto está dedicado a San Famiano, con un relieve que lo presenta como peregrino sacando, como Moisés, agua de una roca en Galese. La talla, atribuida a Gambino (s. XVIII), muestra a San Famiano con el bordón de peregrino, la vieira en la esclavina y una escarcela en la cintura, aunque no es la única, ya que también aparece en traje de peregrino en una efigie existente en la pared que está frente a la escalera principal del monasterio.

Como refugio de peregrinos, hay constancia de su existencia casi desde el inicio. El monje cronista fray Tomás de Peralta sugiere en Fundación Antigüedad y progresos del Imperial Monasterio de Nuestra Señora de Osera (Madrid, 1677) que desde tiempos del abad García Pérez (1183-1204) existe un “hospital donde recogerse peregrinos, y donde curarse enfermos [por] muchas escrituras antiquísimas”. La botica nace en el siglo XVIII gracias a fray Cristóbal de Peralta, hermano del cronista que “quiso que esta oficina correspondiese a la majestad, y grandeza de las demás”.

Desde entonces monasterio, hospital y botica -con su huerta de plantas medicinales- formaron un continuum que servía a los peregrinos en su ascensión desde Ourense hasta las frías tierras de Dozón sin posibilidad de encontrar acogida hasta Carboeiro, por lo que era obligado el paso por aquí. El sistema de acogida en Oseira se hacía en diferentes espacios conforme al espíritu de hospitalidad de raíz benedictina de los monjes, que dispusieron varias estancias en el patio para los huéspedes distinguidos -por ello se le denomina en ocasiones patio de la hospedería-.

El hospicio [de hospitium: hospedaje] se realiza entre 1738 y 1739 en otro edificio -actual Museo Liste- cerca de la puerta de entrada. “El Hospicio que se halla a la derecha cuando se sale del Monasterio para el Hospedaje de los peregrinos y pasajeros que de diversas Provincias transitan por este Monasterio con el motivo de pasar a visitar el Santo Apóstol y Señor Santiago de Compostela”, Códice 15-B, Archivo Histórico Nacional de Madrid (AHNM). Su necesidad se venía constatando desde la etapa abacial anterior, en la que se reflejaba el paso de peregrinos que eran atendidos con limosna, Cód. 15-B, AHNM.

De 1772 hay registros de la actividad relativa al hospicio: “Compráronse para los Peregrinos diez mantas [...] Una almohada de lienzo con su lana [...]”, Libro de obras del monasterio de Ossera, Biblioteca de la Diputación Provincial de Ourense, y también hay constancia de la gran afluencia de visitantes que tuvo el monasterio entre 1801 y 1802 “con motivo de mucha concurrencia por ser año santo”, Libro de cuentas de al oficina del horno, Archivo Histórico Provincial de Ourense.

También numerosos peregrinos dejaron constancia de su experiencia en diversos diarios de viaje. El más interesante, por dejar numerosos datos sobre la vida en el monasterio, es Il pellegrinaggio a Santiago de Compostela di Fra Giacomo Antonio Naia (Florencia, 1997). El carmelita italiano llegó a Oseira el 24 de febrero de 1718 deja constancia de ser “tratado bastante bien”, de tener “buenísima habitación y buen lecho”, así como del patrimonio existente: “El querer señalar las riquezas de este monasterio y de la Iglesia nos llevaría mucho tiempo”. Gracias a la minuciosa descripción que hace, hoy se tiene conocimiento de las joyas que había y que se han perdido a lo largo de los años, debido a los diferentes acontecimientos históricos: invasión francesa, desamortización, etc.

Actualmente el monasterio de Santa María la Real de Oseira ofrece un refugio de peregrinos donde es posible descansar, pasar la noche, ducharse e incluso compartir la oración con los monjes. No es un albergue oficial y por tanto carece de ciertas comodidades que se pueden encontrar en otros, pero se suplen con la espectacularidad del lugar. Además, manteniendo el tradicional espíritu monacal, los monjes regentan también una hospedería destinada a quienes realizan reserva con antelación y desean alojarse varios días. Supone, pues, un lugar de acogida para peregrinos espirituales -no simples caminantes- que disponen aquí de un espacio rehabilitado desde 1977 en varias fases, y que hoy se vuelve a mostrar en todo su esplendor. [TRI]

V. Famiano, San / San Cristovo de Cea


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