XacopediaEgeria

También citada como Eiheria, Echeria, Heteria, Eteria y Silvia. Viajera y escritora que vivió en el siglo IV, es la peregrina más antigua conocida. Los estudios sobre su posible procedencia concluyen que podría ser originaria de Aquitania o de Gallaecia, aunque esta última posibilidad es la más defendida actualmente.

Egeria viajó entre los años 381 y 384 por Europa y Oriente con la intención de conocer los lugares bíblicos más relevantes y llegó a la que sería su meta principal: Jerusalén. Es, pues, una precursora de las corrientes de peregrinación que recorrieron Europa durante la Edad Media.

En su figura se combinan la profunda religiosidad y la curiosidad ilimitada, cualidades que plasmó en un libro de viajes en el que relata su periplo. Recorrer Europa y Oriente a finales del siglo IV debía de ser una empresa difícil, principalmente a causa de los problemas de transporte y a las inclemencias climáticas. Su recia personalidad fue admirada por algunos y severamente criticada por otros, pues en aquella época ninguna mujer de buena cuna, como se presupone que era ella, viajaba en solitario.

El libro de su peregrinación a Jerusalén Itinerarium o Peregrinatio fue descubierto en el año 1884 por el investigador italiano Gian Francesco Gamurrini en la Biblioteca Della Confraternitá dei Laici, en la ciudad de Arezzo. El texto lo integraban cartas escritas a unas “lejanas señoras y hermanas” en las que describe su viaje hasta los lugares bíblicos.

Se discutieron entonces distintas hipótesis sobre la época e identidad de la mujer que había llevado a cabo este proyecto. Gamurrini la identificó con Silvia o Silvina de Aquitania, hermana de Rufino de Aquitania, de quien se conocía una peregrinación similar a la relatada por Constantinopla, Egipto y Jerusalén. Durante casi veinte años se consolidó esta hipótesis, hasta que en el año 1903 el monje benedictino Mario Ferotín publica un estudio en la Revista de Cuestiones Históricas, en el que atribuye su autoría a la galaica Egeria. A partir de entonces se la conocerá como la primera escritora hispana de nombre conocido, autora del primer libro español de viajes.

El documento está redactado desde la piedad religiosa, pero también con una gran profusión de detalles sobre los lugares, personas, curiosidades y costumbres que observa por el camino, además de establecer los lugares exactos de cada monasterio y santuario que encuentra. De su narración se extrae la imagen de lo que supondría viajar en esa época. Los peregrinos cristianos como Egeria pudieron desplazarse a tan lejanas tierras gracias a la pax romana y a la red de calzadas del Imperio, un entramado que cubría unos 80.000 kilómetros y que atravesaba desde Escocia a Mesopotamia, del Atlántico al mar Rojo, de los Alpes a los Balcanes, del Danubio al Sahara.

Egeria pernoctaba en ventas, mansiones y casas de postas o acudía a la hospitalidad de los monasterios. Varias menciones a lo largo del manuscrito sugieren la posibilidad de que contara con algún tipo de salvoconducto oficial que le permitiera recurrir a protección militar en territorios especialmente peligrosos, muy difíciles de transitar, con climas extremosos y habitados por bandas de ladrones. En una de sus cartas escrita en Arabia comenta a sus hermanas: “A partir de este punto despachamos a los soldados que nos habían brindado protección en nombre de la autoridad romana mientras nos estuvimos moviendo por parajes peligrosos.”

Para alcanzar Jerusalén atravesó el sur de Galia (actual Francia) y el norte de Italia. Cruzó en barco el mar Adriático. Es seguro que llegó a Constantinopla en el año 381. De ahí partió a Jerusalén y visitó los alrededores: Jericó, Nazaret, Galilea, Cafarnaúm, describiendo meticulosamente templos y santuarios. Egeria permaneció un tiempo en la zona, planeando otras expediciones. De hecho, se sabe que visitó Egipto en el año 382, Alejandría, Tebas, etc.

Después de viajar durante más de tres años, Egeria emprende el regreso a su patria siguiendo otra ruta para conocer nuevos lugares. Va hacia Antioquía, pasa por Edesa y Mesopotamia, atraviesa el río Éufrates y el territorio de Siria. Quiso entrar a Persia pero no pudo, por lo que debió seguir hacia Constantinopla. Aquí acaba el diario y se desconoce cuál fue su destino; incluso se duda de que hubiese vuelto a su lugar de origen. Se cree que Egeria empezaba a sentirse enferma, pues en sus últimos escritos hace alusión a un gran cansancio y a su poca apetencia por alcanzar el final.

Sus datos personales todavía son cuestionados por los historiadores, pues ella habla poco de sí misma en sus escritos. Lambert planteó la hipótesis de que podría ser la hermana de Gala, de quien hace alusión San Jerónimo como pareja de Prisciliano. Esta teoría y su origen galaico han servido como base para adscribirla al movimiento priscilianista. Otra de las dudas suscitadas alrededor de la personalidad de esta mujer fue su condición social, aunque posiblemente fuera miembro de una comunidad religiosa. [XIV]


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