Santander
Ciudad de 143.600 habitantes (15 m) en el Camino del Norte o de la Costa en la provincia y comunidad autónoma de Cantabria. A 543 km de Santiago. El trazado de la N-632 nos conduce hasta la ermita de Santa Lucía, primera parada antes de adentrarnos en el centro urbano de la capital cántabra.
Está documentada ya en el año 26 a.C., en el emplazamiento de la actual urbe, la existencia un asentamiento romano que recibía el nombre de Portus Victoriae, aunque no sería hasta el siglo VIII cuando comiencen a llegar los primeros hispano-romano-visigodos, huyendo de los musulmanes y portando consigo los restos mortales de los santos Emeterio y Celedonio. La tercera de la Hermandad de las Cuatro Villas de la Marina de Castilla recibe sus fueros en el siglo XII (año 1187 en concreto), gracias al desarrollo en torno a lo que se denominó el Puerto de San Emeterio, regentado por la abadía del mismo nombre. Durante la Edad Media la población toma el nombre de Santander, derivación del latín vulgar Sant Emeter. En el año 1755 el rey Fernando VI le concedió el rango de ciudad, consolidándose como urbe también en lo religioso, puesto que un año antes abandonaba la diócesis de Burgos y se fundaba la de Santander.
Durante el siglo XIX tanto la burguesía como la aristocracia, incluida la Casa Real, toman este como un destino turístico referencial, razón por la que la ciudad acabó por regalar en el año 1908 unos terrenos al rey Alfonso XIII, donde se construiría el palacio de la Magdalena. Desde 1932 este edificio alberga la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
La basílica santanderina custodia las reliquias con los cráneos de los santos mártires Emeterio y Celedonio, nombrados Patronos de la Diócesis de Santander a petición del papa Pío VI (1791). Los dos mártires, ejecutados en Calahorra, llegaron al puerto en barca de una manera similar a la que lo hicieran los restos del apóstol Santiago a Iria Flavia.
Esta construcción gótica nació como abadía. Está compuesta por dos iglesias superpuestas, levantadas en el antiguo emplazamiento de un monasterio. El piso inferior se corresponde con la actual parroquia de Cristo. Fue levantado en los primeros años del siglo XII y elevado al rango de colegiata en el año 1131 por intervención del rey Alfonso II el Emperador. La planta superior data de los siglos XIII-XIV, tras la cual se construyó el claustro, también de estilo gótico, y que se corresponde con el antiguo cementerio. Durante los siglos XV-XVII se adosaron al templo varias capillas laterales, entre las que destaca una consagrada a Santiago en la parte de Poniente, próxima al hospital de Sancti Spiritus (s. XIV). Llama la atención en la nave norte o del Evangelio el suelo acristalado, dispuesto para poder contemplar las ruinas de las termas romanas sobre las que se asienta.
En 1533 se llevó a cabo la “profanación piadosa” de la tumba, por temor al avance del protestantismo. De esta forma se recuperaron las cabezas de los mártires y, encerradas en relicarios de plata, eran sacadas en procesión desde la iglesia baja hasta el altar de la planta superior durante las grandes conmemoraciones. Con la creación de la Diócesis de Santander (año 1754) la colegiata de los Cuerpos Santos, tal y como se la conocía, fue rebautizada como catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Santander por el papa Benedicto XIV.
En el año 1931 fue declarada Bien de Interés Cultural. Durante 1941 un incendio asoló buena parte de la ciudad y también de la catedral, por lo que la mayor parte del complejo actual es fruto de la reconstrucción llevada a cabo durante el siglo XX. Lo único que se conserva del edificio original es la cripta de la iglesia del Santísimo Cristo, en la planta inferior. Con todo, la remodelación respetó el estilo gótico del monumento primigenio, aunque también se introdujeron motivos clasicistas para distinguir la iglesia alta de la baja. La reconstrucción culminó en 1953.
Entre los vestigios jacobeos que se pueden observar en el templo se encuentran las representaciones de las vidrieras, una de ellas dedicada a Santiago Apóstol y otra a Santiago matamoros. En la plaza del Obispo se puede encontrar un punto de información sobre temas jacobeos, iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento. Por último, signo de la decisiva dedicación de la ciudad santanderina a Santiago es la celebración de su semana grande en torno al 25 de julio, día del Apóstol.
Cuenta con el albergue para peregrinos Santos Mártires, gestionado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Santander, en pleno núcleo urbano. La ruta continúa, de nuevo, con dos posibilidades. Por una parte, puede tomarse al norte el camino que atraviesa las localidades de San Román, Soto de la Marina y Liencres. El otro itinerario, al sur, es más tradicional y complicado, visitando los enclaves de Peñacastillo, Santa Cruz de Bezana y Mompía. Ambas variantes se unen en Boo de Piélagos. Además de estas rutas, enmarcadas en el Camino del Norte, de las proximidades de la capital cántabra parte también un ramal secundario hacia el Camino Francés que llega hasta Burgos. [SOB]