Conocido templo románico de la ciudad de Coimbra, Portugal, dedicado a Santiago el Mayor. Fue mandado levantar en honor del Apóstol durante el reinado de Sancho I (1185-1212), probablemente para agradecerle su ayuda en las múltiples batallas que había tenido que librar con los musulmanes y como reconocimiento a su intercesión en la liberación de Coimbra, en 1064, por Fernando I (1010-1065) y en la batalla de Ourique, en 1139, que permitió a su padre, Afonso Henriques (1109-1185), autoproclamarse rey de Portugal y establecer la capital en Coimbra.
El templo sufrió múltiples modificaciones a lo largo de su historia, pero mantiene el espíritu románico de sus orígenes, sobre todo en los elementos decorativos y en la iluminación; la luz entra en la capilla a través de un gran rosetón y de otros pequeños ventanales, lo que le proporciona al templo una enorme sobriedad que facilita el recogimiento y la meditación.
La puerta lateral es la más jacobea. Presenta tres columnas a cada lado, que sustentan arcos de medio punto; los fustes de las centrales alternan en su decoración las conchas de vieira -según el Códice Calixtino, “al regresar los peregrinos del santuario de Santiago, las prenden en las capas para la gloria del Apóstol y, en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo”- y elementos vegetales; los demás fustes y los capiteles de las seis columnas están decorados con motivos vegetales. Se accede a esta puerta a través de unas escaleras denominadas “escadas de San Tiago”.
La fachada principal está coronada por una cruz griega inscrita en una circunferencia. El pórtico presenta cuatro columnas a cada lado, cuyos fustes están decorados con elementos vegetales y los capiteles alternan en su decoración motivos vegetales y representaciones de animales mitológicos. Las columnas sostienen arcos de medio punto. Presenta también el ya citado rosetón central y un ventanal a cada lado, con vidrieras decoradas con rombos de colores. Este pórtico principal permite su acceso al templo desde la siempre animada y colorista praza de O Comercio, a través de una escalera que tiene nada menos que veinte peldaños hasta llegar a la puerta.
En su interior, la iglesia es de planta única y su techo, a dos aguas, está realizado de madera. La nave central se encuentra separada de las laterales por tres gruesas columnas a cada lado que sustentan la estructura del templo. En ella se halla el sencillo altar mayor, presidido por un retablo que alberga la imagen la Inmaculada Concepción, patrona de Portugal, y a los lados, dos tallas exentas que muestran el espíritu jacobeo del templo.
La de la izquierda representa al apóstol Santiago, ataviado con una túnica roja, ceñida por un cíngulo negro, y un manto azul con amplios pliegues. La postura de sus pies descalzos, el izquierdo adelantado y el derecho más atrás, con la pierna ligeramente flexionada, parece indicar que se encuentra caminando, apoyado en su bordón, con la calabaza, en su mano diestra. En la izquierda sostiene el libro de los apóstoles, pero sus ojos no se fijan en él; su mirada parece dirigida al peregrino que viene a visitarlo y transmite la serenidad y paz que caracteriza la ruta jacobea. Su rostro, joven y barbado, refleja también el cansancio del caminante pero la alegría del que sabe que se dirige a una meta.
La talla de la izquierda representa a su hermano Juan -en el Pórtico de la Gloria aparecen también juntas las figuras de los hijos de Zebedeo, compartiendo protagonismo con las de los apóstoles Pedro y Pablo-, ataviado con capa roja, con amplios pliegues, y túnica verde, ceñida por un cíngulo marrón. Presenta un rostro joven, imberbe y con una larga melena castaña, de la que salen unos destellos dorados que dibujan una cruz. Sus pies están también descalzos, como los de su hermano Santiago, y la pierna izquierda aparece ligeramente flexionada. Su mirada está clavada en el pergamino que porta en su mano izquierda. En la derecha parece sostener una pluma, que al menos en la actualidad no se conserva, con la que escribe su versión de los santos evangelios. En el pergamino aparece la palabra verbum que forma parte de una frase sin concluir.
En la nave del Evangelio se puede visitar el Santísimo Sacramento, que se aloja en el sagrario de un retablo de una pequeña, pero hermosa, capilla gótica. [JS]