Xacopediaflor de Santiago

Originaria de México y conocida ya por los aztecas, esta flor fascinó a los conquistadores españoles, que la trajeron en la primera expedición naturalista financiada por la Corona hispana en 1577. La planta se cultivó en Sevilla, desde donde un grupo de humanistas del Círculo Erudito Sevillano vinculados a Felipe II informó a Carolus Clusius de su existencia. El gran botánico flamenco la denominó Narcissus indicus jacobeus, como le había llamado el médico hispano-luso Simón de Tovar, por el enorme parecido que tenía con la insignia, en forma de cruz, que lucían los caballeros de la Orden de Santiago. Los manuales de decoración de la Iglesia llegaron a incluir la flor y aconsejaban utilizarla para simbolizar al apóstol Santiago.

En la actualidad un grupo de intelectuales gallegos, encabezado por la arquitecta e investigadora Ruth Varela, ha recuperado la historia de esta flor, perdida en el olvido a causa, probablemente, de las luchas religiosas. Según el citado estudio, los protestantes se negaron a que una flor tan apreciada sirviera de vehículo de expansión de la fe católica, lo que motivó que pasara a llamarse Amarilis fermosisima. El incendio de la biblioteca del Escorial en 1670 y el asesinato del maestro en botánica Jean Jacques Rousseau, uno de los numerosos personajes rendidos a la belleza de la flor, consiguieron relegarla a un segundo plano. Sin embargo, en Europa hay numerosas referencias e incluso se menciona en el siglo XX en el Flowery Earth, con hermosos grabados.

Buena muestra de su importancia pasada son las más de cinco mil fuentes documentales consultadas por el equipo que trata de recuperar esta flor, que conocieron y admiraron desde el presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, hasta Emily Dickinson, Emilia Pardo Bazán o Fray Martín Sarmiento, que tuvo acceso a ella a través de una persona que trabajaba para su hermana. En algunos jardines de la ciudad de Pontevedra llegó a cultivarse, al igual que en algunos monasterios, como el de Poio.

El escritor y editor Miguel Anxo Fernán-Vello, responsable de la coordinación cultural del proyecto de investigación, ha pedido que la flor de Santiago se “proyecte adecuadamente para ser símbolo de una de las ciudades históricas más hermosas de Europa, como es Santiago de Compostela”. [MR/TRI]


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