Jorsalafar, Sigurd

Rey de Noruega (1090-1130). Se trata del primer peregrino escandinavo en Santiago de Compostela del que se tiene noticia. La mayoría de las fuentes coinciden en que viajó en otoño de 1108 capitaneando una escuadra de sesenta naves vikingas. Su periplo es de gran interés por ser el primer peregrino llegado de estas lejanas tierras, además de por tratarse de un monarca.

Sobre su viaje se conservan numerosas fuentes documentales. La más relevante es la saga sobre su vida, escrita sobre 1230, que forma parte de la monumental obra Heimskringla, de Snorri Sturluson. En ella se narra como a la caída del monarca Magnus de Noruega, el reino pasó a sus hijos, de manera que el norte quedó en manos de Eynstein y el sur en las de Sigurd, quien fue nombrado soberano a los trece años.

Según se relata en estos textos, el motivo de su peregrinación fue que un grupo de noruegos pretendía que uno de sus dos reyes fuese al mando de un viaje a Jerusalén y Constantinopla, con intención de hacerse con una gran suma de dinero. “Los reyes accedieron a ese ruego y comenzaron los preparativos, financiados por ambos. Muchos caciques y hacendados, así como también campesinos, decidieron unirse a la expedición. Cuando todo estuvo listo para la partida se llegó a un acuerdo: Sigurd iría a la cabeza de la expedición y Eystein se quedaría en el reino gobernándolo en nombre de los dos”, señala la saga.

Así, cuando Sigurd tenía aproximadamente diecisiete años, “partió de Noruega con su ejército. Bajo su mando iban sesenta barcos. […] Era otoño cuando el rey Sigurd zarpó rumbo a Inglaterra. Allí le esperaban el rey Enrique, hijo de Guillermo el Bastardo. Allí pasó el rey Sigurd el invierno. En la primavera siguiente partió el rey Sigurd con su flota rumbo a Francia y en otoño llegó a Galicia. Allí pasó su segundo invierno”.

Durante su estancia en tierras gallegas, Sigurd mantuvo buenas relaciones con el que en esta saga llaman “conde del país” -Galicia-, quien instaló un mercado para que el rey y su gente pudieran abastecerse. El noruego se marchó de Galicia en Navidad debido a la falta de alimentos y se dirigió a Lisboa con la intención de alcanzar Jerusalén. Esta expedición le valió el sobrenombre de Sigurd el Peregrino a Jerusalén. [XIV]