XacopediaLavacolla, A

Pequeña población de 180 habitantes (303 m) en el Camino Francés, en el municipio coruñés de Santiago de Compostela. A 10 km de la meta compostelana. Es famosa por el aeropuerto internacional de Santiago, que lleva su nombre, situado 2 km antes, y sobre todo por su río, que aparece en el Codex Calixtinus (s. XII) como lugar para la higiene corporal de los peregrinos antes de entrar en Santiago.

Aparece esta cita en el libro V, la llamada Guía del peregrino, de este texto fundamental de la cultura jacobea. Se dice que en un punto de mucho arbolado de este riachuelo “las gentes francesas que peregrinan a Santiago acostumbran a lavarse, por amor al Apóstol, no sólo sus partes, sino también, quitando los vestidos, la suciedad de todo el cuerpo”. No se sabe con certeza dónde se sitúa este histórico luga, pero se trata, sin duda, del pequeño curso fluvial que actualmente recibe el nombre de A Lavacolla en este punto del Camino, que lo cruza por un puente, y que se conoce como A Sionlla más adelante, hasta desembocar en el caudaloso río Tambre.

Surge, sin embargo, una duda: el Codex sitúa el lugar, de manera desconcertante, a sólo dos millas de Compostela. Todo parece indicar que se trata de uno más de los varios despistes del posible autor, Aymeric Picaud, a lo largo de este libro V, quizá debido a que escribe de memoria o con datos indirectos. Desde A Lavacolla no se encuentra el Camino actual ni el pasado con ningún otro curso fluvial.

Pero no sólo el topónimo actual, como veremos en un momento, habla a favor de A Lavacolla. Sobre una pequeña elevación a los pies del río se encuentra una capilla dedicada a San Roque y cercada por un robledal en la que se concentraban peregrinos para descansar. Este punto, actualmente separado unos 200 m del trazado oficial del Camino Francés, bien podría estar relacionado con la práctica descrita en el Calixtinus. La capilla, por cierto, fue utilizada en los primeros años de la peregrinación contemporánea como refugio de peregrinos.

El uso higiénico-espiritual que los peregrinos hacían del riachuelo de A Lavacolla respondía a un afán de simbólica y real purificación antes de entrar en la ciudad del Apóstol. Señala Juan Uría en Las peregrinaciones a Santiago de Compostela que la costumbre pudo perdurar, aunque posiblemente alterada, hasta finales del siglo XVII. Es en la segunda mitad de esa centuria cuando encontramos una de las escasísimas referencias históricas al respecto. La ofrece el peregrino italiano Domenico Laffi que, sin citar el riachuelo de A Lavacolla, escribe que ya sabiéndose próximo a Santiago, se refrescó bien y mudó los vestidos.

Laffi parece confirmar, casi 550 años después, la pervivencia de la práctica higiénica descrita en el Calixtinus hacia 1125 y, esta, como indicamos, sólo se podía realizar de forma integral en A Lavacolla, salvo que se hiciese en algún estanque o fuente desconocidos, como parece sugerir el texto de Laffi, pese a ser casi inexistentes en este último tramo. Pese a ello, el estudioso Manuel C. Díaz y Díaz pone en entredicho el alcance de este ritual y duda de su duración en el tiempo. Los peregrinos actuales no conservan la costumbre, de claro contexto medieval pero con poco sentido en el presente. Pese a ello alguno lo intentó sin mucho éxito. La situación actual del río en A Lavacolla no lo facilita.

Sea como fuere, el ritual dio fama internacional, a través de la difusión del Codex Calixtinus, al citado riachuelo. El nombre latino que le da el autor del texto es Lauamentula, que alude a la limpieza [lava] de las partes pudendas [mentula]. Díaz y Díaz y Anguita Jaén sostienen que mentula estaría tomado del poeta latino Marcial, que cita este vocablo como “miembro viril”. Estaríamos ante una broma del autor, entendible en su contexto medieval. Para otros, mentula sería un diminutivo de mentum [barba], una forma eufemística de referirse a este lavado integral que sabrían interpretar en el contexto medieval los lectores del texto.

El nombre actual se ha vinculado, siguiendo al Calixtinus, con la higiene de las partes púdicas a través de la forma popular gallega collóns [del latín coleus: testículo/escroto]. En todo caso, esta interpretación sería un pseudotopónimo, una interpretación popular forzada a partir del latín lava colea, un curso de agua discurriendo sobre guijarros, lo que se adapta, sin duda, al carácter del río en la zona. En esta propuesta, en la que vienen a coincidir expertos como Díaz y Díaz y Eligio Rivas, lava sería término prerromano asociado al significado de río y colea/coia al de cantos rodados [en gallego, coio].

El término, en fin, es de amplia y larga discusión, todavía no cerrada. En A Lavacolla, los más ancianos tienen su propia versión popular, quizá por interferencia de la moral religiosa. Nos la relataban inocentemente hace algún tiempo dos ancianas de las cercanías. Ya sus padres les contaban que Lavacolla procede de lava e colle [lava y recoge]: “Se lavaba la ropa en el río y se cogía [recogía] al momento para secarla.” [MR]

V. peregrino, ritual del


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