Clérigo y peregrino francés del siglo XII. Se le atribuye la autoría del libro V del Codex Calixtinus (s. XII) en el que se narra, en forma de guía y en primera persona, una experiencia peregrinatoria desde Francia a Santiago. Actualmente casi nadie discute su responsabilidad en la redacción de este manuscrito fundamental, que sería realizado entre los años 1135 y 1140. Es el más antiguo relato directo de la peregrinación a Santiago de Compostela, una guía destinada sobre todo a los peregrinos franceses, con todo tipo de consejos prácticos sobre el Camino en Francia y el norte de España, que aparece por primera y última vez especificado durante el medievo, sobre las gentes y pueblos que se van encontrando, servicios, alimentación, etc.
No se conocen más datos sobre la vida de Aymeric que los muy escasos que ofrece el propio Codex Calixtinus. En este se le cita únicamente como autor de un conjunto de versos incluidos como apéndice al final de esta compilación. Es el largo poema En honor del Rey Supremo, dedicado a la vida, martirio, traslación y milagros de Santiago.
Aparece el clérigo galo citado una vez más. Es una carta del papa Inocencio II, de cuya falsa autoría actualmente no se duda, en la que se afirma que Aymeric donó el Codex Calixtinus a la catedral compostelana con la colaboración de su compañera Gerberga de Flandes, de la que tampoco se ofrecen más datos. El clérigo aparece como originario de Parthenay-Le-Vieux, en el Poitou, en el oeste francés. Se señala, además, que también se le conoce como Oliver de Iscán, de la villa de Santa María Magdalena de Vézelay, desde la que parte una de las cuatro vías centrales de peregrinación hacia Compostela en tierras galas, citadas justamente en el libro V.
Distintos estudiosos del siglo XX, como el francés René Louis, han considerado a Aymeric Picaud responsable de la estructura del Calixtinus, lo mismo que hace Walter Muir Whitehill, que estima que pudo ser el compilador de todo el manuscrito. También se le atribuyen textos del extenso libro I, entre ellos los más conocidos e interesantes, y la Guía del peregrino (libro V). El propio Louis, Vielliard y otros lo consideran, sin duda, autor de esta guía. En el Calixtinus aparece otro Aymeric, canciller de Calixto II, al que se presenta como autor de dos capítulos de esta, que, sin embargo, también la crítica los considera obra de Picaud.
La enigmática figura de este clérigo francés adquirió con el tiempo gran resonancia por el hecho de considerarse un personaje esencial tanto en la elaboración del Codex compostelano como por ser visto de forma muy mayoritaria como el autor de dos partes cruciales. Son aquellas en las que se ofrece la mejor crónica medieval del sentido, las singularidades y las realidades de la peregrinación europea a Santiago. Nos referimos a la Guía del peregrino [libro V], como hemos señalado, y al sermón Veneranda dies [libro I], que, como ha advertido Jacopo Caucci von Saucken, “tienen en común una sensibilidad, una temática y una actitud que parece nacer del interior de la propia peregrinación compostelana que pueden configurar, por lo menos en este caso, al propio autor”.
Para diversos estudiosos, es posible que Aymeric, pese a la relevancia de su trabajo, fuese uno más de los clérigos giróvagos que recorrían el Camino en Francia y España haciendo gala de sus dotes artísticas y de su ingenio para superar cada nueva adversidad. Lo afirma, entre otros, Vázquez de Parga, que lo considera “un clérigo vagabundo, familiar de los caminos que llevaban a los santuarios más famosos y concurridos, desde Jerusalén a Compostela”. El hecho de que llegue a Santiago acompañado de una mujer como Gerberga confirma aún más esta hipótesis. [MR]